Pese a que los resultados van llegando, el Real Madrid aún sigue sin convencer y no ha conseguido mostrar un buen juego.
Antes del comienzo de la nueva temporada, se esperaba que el Real Madrid fuera una apisonadora, tanto en ataque, como en defensa. Sin embargo, El primer mes de competición ha dejado una imagen totalmente contraria. Resultados agridulces, con un fútbol mucho más amargo, en la que la única buena noticia es él contra ataque.
El Real Madrid tiene que encontrar una solución
Si es cierto que el equipo blanco es candidato a todo, pero el comienzo de curso ha sido complicado. Dos empates en cinco encuentros ligueros, que lo colocan en la tercera posición de la tabla. Pero este no es un problema, ya que el campeonato doméstico es una carrera de fondo. El gran problema es el juego del equipo. La falta de una figura organizadora en el centro del campo ha trastocado los primeros encuentros del equipo blanco. La perdida de Toni Kroos, después de tantos años, ha dejado un hueco inmenso y difícil de cubrir.
Un juego poco atractivo, y, hasta la fecha, poco eficiente. Al desorden de la medular se le suma la sobrecarga de talento en el ataque merengue, sobre todo por el carril zurdo. Tanto Mbappé, como Vinicius y Rodrygo son más eficientes partiendo desde la izquierda, generando un ‘overbooking’ en dicha banda. Esto hace que las defensas rivales acumulen su defensa donde se encuentren las estrellas del Real Madrid.
Ancelotti ha agitado el árbol en varias ocasiones a lo largo del primer mes de competición, incorporando a jugadores como Arda Güler o Brahim. Jugadores que pueden partir desde la banda derecha. Un cúmulo de aspectos que hacen que el Real Madrid gane los partidos con individualidades, y no con juego colectivo.