El Espanyol ante el miedo de muchos aficionados de no evolucionar, ha comenzado a crecer en la primeraa división a ritmos acelerados
La vuelta a Primera División, para cualquier recién ascendido, nunca es fácil. Menos aún si pierdes los dos primeros partidos y después visitas al Atlético de Madrid, caso del Espanyol, que sin embargo ha sabido reponerse del mal inicio y está ahora en una situación cómoda. Un Espanyol que va a más, y que jornada tras jornada está demostrando que su techo todavía está lejos. Así se percibe desde fuera, pero también desde dentro del vestuario.
El inicio del Espanyol fue, de hecho, terrible. No solo por perder en Valladolid, 1-0 y de medio rebote, un resultado que puede darse, sino por las sensaciones. La primera parte en el Nuevo Zorrilla fueron de los peores minutos que se les recuerdan a los blanquiazules desde que Manolo González es el entrenador del equipo: “En la primera parte contra el Valladolid no nos sentimos cómodos, pero a partir de ahí el equipo ha ido creciendo y se ha visto reflejado en el terreno de juego”, explicó Omar El Hilali. Y no le falta razón. Ya en la segunda parte del partido contra los vallisoletanos se vio cierta diferencia, confirmada después en el resto de partidos.
El siguiente contra la Real Sociedad también se perdió, otro resultado asumible, pero el equipo ya mostró una cara bien distinta. Jugó de tú a tú al conjunto vasco y el duelo lo acabó decantando un golazo de Kubo. Hasta el minuto 70 el Espanyol dio la cara. Evidentemente con muchas cosas a mejorar, pero también demostrando que pueden competir contra cualquiera. Una realidad que confirmaron la semana siguiente, con el empate a cero en el Metropolitano.
“Los partidos en Primera sabemos como van. Vamos a tener que luchar hasta el final, pelear. Vamos a sufrir, hay que aguantar esos momentos y aprovechar los nuestros. El equipo ha hecho un trabajo sensacional. No empezamos muy bien y luego el equipo ha ido creciendo de una manera brutal. El equipo se siente cómodo y tiene mucho margen de mejora”, explicó Omar. Un trabajo que por fin se vio recompensado, en el tiempo extra, contra el Rayo. Al fin llegó la primera victoria.
Tiene ahora el equipo por delante un partido importantísimo, ante el Alavés en casa, que puede acabar de confirmar todo lo que se ha visto en este inicio de campeonato. Una victoria no solo supondría sumar siete puntos, una cifra más que decente, sino la segunda victoria consecutiva. Y parece más o menos necesaria, pues la semana siguiente las opciones de sumar son muy reducidas: visitan el Santiago Bernabéu. La plantilla solo piensa en el Alavés y está convencida que el parón les vendrá bien para encarar dicho partido: “Somos el equipo que menos descanso ha tenido este verano, acabamos tarde, y creo que esta semana nos va a venir muy bien para recargar pilas, descansar un poco y volver con fuerza”, zanjó Omar.
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