El Deportivo Alavés sufrió un dramático descenso en la temporada 2021/2022 y su regreso a la élite es el fiel reflejo de que, a veces, es bueno retroceder un paso para avanzar dos
Los descensos de categoría siempre son una mala señal y evidencian el mal trabajo que se ha hecho a lo largo de la temporada. La tristeza y la decepción son sentimientos inherentes a un descenso, pero la forma de afrontarlos y superarlos definen la filosofía de un club. «Resurges potente otra vez«, reza el himno del Deportivo Alavés. Eso es lo que ha hecho desde que Cuadra Fernández pitó el final del partido y el Levante venció al cuadro vitoriano, consumando su descenso tras seis temporadas en la máxima categoría del fútbol español.
En la temporada de descenso, el Alavés contaba con siete cedidos y otros siete jugadores en propiedad cuyo contrato expiraba al final de esa misma campaña. No había visos de prosperidad en una plantilla que luchaba por lograr la permanencia y que en verano volvería a ser desmantelada. Durante varios años, este fue el día de la marmota en el Paseo de Cervantes.
En ese nefasto verano de 2022, tan solo Sivera, Jason, Luis Rioja, Miguel de la Fuente y Lejeune estaban amparados por un contrato de larga duración. Salvo este último, hasta 2024, el resto tenían contrato hasta 2025.
La continuidad en el banquillo también ha sido clave para confeccionar este gran proyecto. Desde su regreso a Primera División en 2016, ser entrenador del Deportivo Alavés era sinónimo de un trabajo de corta duración. Muchos de los entrenadores que aceptaban el cargo, Luis García Plaza incluido, se hospedaban en un hotel en vez de buscar una casa para alquilar o comprar. Desde 2016 hasta la llegada de Luis García Plaza, once entrenadores ocuparon el banquillo de Mendizorroza en tan solo seis temporadas. Un dato esclarecedor del rumbo que tomaba el club hasta su descenso a la categoría de plata.
19 jugadores en propiedad
La realidad a día de hoy, por suerte para el aficionado babazorro, es antagonista. El Deportivo Alavés se ha convertido en un gran reclutador de talento joven, con el fin de desarrollarlos y poder venderlos a un mayor coste. Este modelo de negocio sin duda es el idóneo para un equipo que, lejos de poder fichar garantías de rendimiento inmediato, apuesta y arriesga por jóvenes con un futuro prometedor pero con un presente que es una incógnita.
La metamorfosis es brutal. En la plantilla más amplia y competitiva de los últimos años, el Alavés ha logrado confeccionar un equipo con 19 jugadores en propiedad y cuatro cedidos. Manu Sánchez, Joan Jordán, Carlos Martín y Luka Romero, éste último con opción de compra, son los jugadores a préstamo que ha logrado incorporar.
En lo que a los jugadores en propiedad respecta, Abqar, Sedlar y Kike García finalizan su contrato en 2025. Según varias informaciones, la renovación del primero se encuentra bastante encarrilada mientras que las del serbio y el murciano están paralizadas.
Guridi y Protesoni, jugadores de gran calado tanto dentro como fuera del campo, finalizan contrato en 2026, mientras que otros tótems del equipo como Sivera, Carlos Vicente, Guevara, Antonio Blanco, Tenaglia y Stoichkov han rubricado su firma hasta 2027. En 2028 vencerá el contrato tanto de los más jóvenes como Abde y Diarra, como de alguno más veterano como Conechny, Villalibre y Toni Martinez. Hasta 2029 permanecerán ligadas al Deportivo Alavés las que están llamadas a ser las dos estrellas del futuro, como son Hugo Novoa y Santiago Mouriño, de 21 y 22 años de edad, respectivamente.
Para informarte minuto a minuto del deporte desde otra perspectiva, SIGUENOS en nuestras redes sociales:
