Badosa mete miedo en su desembarco en Nueva York, mientras que Albert Ramos pone la nota negativa a la jornada matutina
Las instalaciones de Flashing Meadows se pusieron sus mejores vestimentas para dar paso a la primera jornada matutina del US Open. Debutaban cuatro españoles y la efectividad ha sido del 75%, tres de ellos han salido victoriosos de sus respetivos partidos. Badosa es, a todas luces, la que mejor sensaciones ha dejado, arrollando por completo a Golubic en apenas una hora. Su tenis fluye por si solo desde que levantase el título en Washington y, sumado a las semifinales de Cincinnati, llega pletórica a la gran manzana.
A la española nacida en Nueva York tan solo se la puede poner un pero, las cuatro doble faltas cometidas. Su actitud, agresividad y despliegue ofensivo, al menos en el día de hoy, es de jugadora aspirante a todo, capaz de levantar el título si Swiatek o Sabalenka se despistan. Ahora espera a la vencedora del emparejamiento entre Trevisan o Townsend. La italiana, por experiencia, debería ser la favorita en dicho choque. Sin embargo, llega de perder contra Bucsa en Cleveland y muy lejos de su mejor nivel.
En el cuadro masculino saltaron a la pista Carballés, Bautista y Albert Ramos. El último era quién lo tenía más complicado, pues se veía las caras con Berrettini, uno de los grandes tapados del torneo. El transalpino no dio opción alguna a Ramos que, tras un disputado primer set, acabó cediendo la cuchara por completo. Los dos Robertos, por su parte, sacaron sus choques con más sufrimiento el primero que el segundo.
Bautista está de vuelta
Ladrillo a ladrillo se construye un muro y, aunque la recuperación de Bautista esté siendo lenta, poco a poco va desplegando su mejor tenis. Badosa puede ser su referente, esa jugadora que ya vuela raso tras más de un año en el dique seco. Roberto va camino de ello gracias a actuaciones como la de hoy, donde se ha desecho de Luca Nardi, quién derrocase a Djokovic en Indian Wells, en tres mangas. Sufrió en todos ellos, pero supo tirar de experiencia y galones para hacer que la balanza de desequilibrase de su lado.
Carballés se las prometía muy felices ante Choinski cuando mandaba dos sets a cero con un dominio apabullante. Sin embargo, el británico se rehízo de su mal arranque e igualó la contienda en otras dos horas de batalla. Suponía el primer partido del US Open que se iba a la quinta manga y la experiencia, una vez más, fue la detonadora del resultado. El tinerfeño se aferró al fondo de pista hasta el punto de desesperar tanto a su rival que, prácticamente, fue el británico quién acabó sirviéndole en bandeja la victoria a base de errores no forzados.
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