EL RC Celta celebra hoy su 101º aniversario tras una temporada muy ajetreada marcada por la lucha agónica por la permanencia
El RC Celta ha alcanzado los 101 años de vida tras una temporada, la del centenario, que terminó siendo muy distinto de lo ideado. La llegada de Rafa Benítez esperanzó a la afición y le hizo pensar que la pelea por el descenso no sería el objetivo de la temporada, pero no fue así. La apuesta por Giráldez, aunque era arriesgada, terminó siendo un éxito y marcando la nueva política del club: anteponer la cantera a la cartera. En la presidencia también fue un año de transición, ya que Carlos Mouriño decidió dar paso atrás en favor de su hija Marián.
Desembolso inicial y fatídico final
La propuesta de la futura nueva presidenta del club era complementar su llegada con un entrenador de renombre. Rafa Benítez fue el elegido para dirigir al club, firmándolo por tres temporadas con un sueldo difícil de asumir por la entidad celeste. Un palmarés muy laureado y una trayectoria por los grandes buques del fútbol europeo le avalaban como un técnico de ensueño con el que los problemas por perder la categoría no aparecerían.
Una gestión alejada de la realidad del vestuario, la mala suerte con las decisiones arbitrales polémicas y la incapacidad de cerrar los partidos le enemistaron con un sector muy amplio de la afición, que partido a partido gritaban con mayor fervor que dimitiese. Finalmente, y tras una actuación dantesca en el Santiago Bernabéu en marzo de 2024, y a sabiendas de que su despido supondría un varapalo económico, el madrileño fue destituido de su cargo.
Cantera para solventar la cartera
Con un gran gasto a sus espaldas, el Celta no podía arriesgarse a otro desembolso económico para su banquillo. Respaldado por el celtismo, Claudio Giráldez asumió el reto de lograr la salvación en diez jornadas. Un debutante en la división, el borde del abismo y las perlas de la cantera como faro eran las piezas que tendrían que casar si querían jugar una temporada más en Primera División.
Cinco victorias, dos empates y tres derrotas después, con una jornada de margen incluida, los celestes aseguraron la categoría. Fue en el Nuevo Los Cármenes, bajo la mirada atenta del Cádiz CF, cuando el conjunto olívico logró el objetivo. Se abría un nuevo horizonte, un nuevo curso en Primera División, en el que el capitán seguiría siendo Claudio Giráldez.
Tras el estreno victorioso frente al Deportivo Alavés, el celtismo es optimista. Eran nueve años sin ganar en la primera jornada, desde 2015, campaña en la que lograron la clasificación a Europa League tras varios años de espera. Cada jornada determinará cuál es el techo de estos jóvenes, que de momento, se enfrentarán al Valencia CF esta tarde.
