Djokovic se ha pronunciado sobre la polémica de Cincinnati en redes sociales tachando de «vergonzoso y ridículo» lo ocurrido
El tenis es uno de los deportes que más uso de la tecnología ha hecho con el paso de los años. El ojo de halcón dio paso al Electronic Line Calling Live (ELC), instrumento que canta las bolas de forma automática. La mítica figura de los jueces de línea desaparecerá a partir de la próxima temporada por ello, pero, en una disciplina donde todo parece medido, se siguen dando casos bochornosos como el de esta semana en Cincinnati. El punto entre Draper y Auger Aliassime, en el que la volea del británico bota en su propio campo antes de pasar al del rival, ha dado la vuelta al mundo. Tal ha sido la viralidad y la polémica levantada, que el propio Novak Djokovic se ha pronunicado.
«Es vergonzoso que no tengamos una repetición en video de este tipo de situaciones en la cancha. ¡Lo que es aún más ridículo es que no tenemos la regla que permitiría a los jueces de silla cambiar la decisión original basándose en la revisión en video que se realiza fuera de la cancha! Todos los que miran televisión ven lo que sucedió en la repetición, pero los jugadores en la cancha se quedan en la oscuridad, sin saber cuál es el resultado. Tenemos el ojo de halcón para las decisiones de línea, ¡vivimos en el siglo XXI tecnológicamente avanzado! Por favor, respectivos Tours, ¡asegúrense de que esta tontería no vuelva a suceder!», rezaba su comunicado en la plataforma X (antiguo Twitter).
El VAR, una posibilidad
Resulta sorprendente observar cómo otros deportes han implementado bien el VAR o el instant replay para permitir el rearbitraje de jugadas grises o dudosas. Una opción, la de revocar una decisión, que el reglamento tenístico no permite, pues si quiera puede hacerlo la figura del supervisor. El propio Auger-Aliassime solicitó la presencia de este en la pista, pero al no contemplarlo en las bases, la única opción de modificar un parecer del juez de silla la tienen los jugadores. Si Draper hubiese aceptado la ilegalidad de su golpe, sí que habría caído el punto del lado del canadiense.
La reflexión de Djokovic, que dará que hablar en las más altas oficinas de la ATP, vino como respuesta a otro mensaje de Tsitsipás, quién reaccionó con un «creo que nunca había visto un golpe como este» a lo acontecido. El hecho de que se haya pronunciado el, a nivel de títulos, mejor jugador de la historia no es asunto baladí, pues abre un escenario sin precedentes. La repercusión del mensaje del serbio es inmedible en cuanto a números, poniendo a los máximos dirigentes del deporte entre la espada y la pared.
La revisión de vídeo no es el único debate que ha abierto el Masters 1000 de Cincinnati. La lluvia, la cual ha llevado al aplazamiento de partidos y obligado a muchos jugadores a tener que doblar sesiones, evidencia un problema mayor en el circuito. Aunque cada vez sean más, no todas las instalaciones que albergan torneos de gran magnitud cuentan con sus pistas centrales techadas. Esto otorga una imagen deplorable a nivel internacional, dando una sensación de improvisación continúa que juega en contra del espectáculo.
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