Wiffen es el nuevo rey del fondo masculino tras firmar una actuación estelar en el 800 libres y fijar un nuevo récord olímpico
La final del 800 libres masculino prometía emociones fuertes, pero la realidad ha superado a todas las expectativas. Winnington se encargó de lanzar la prueba por debajo del récord del mundo en sus primeros compases, pero se desmoronó por completo a partir del 300. En ese momento cogió las riendas Wiffen, la nueva perla irlandesa, y no soltó el primer puesto hasta tocar la pared varios minutos más tarde con un crono de 7:38´19.
No lo tuvo nada fácil Daniel para aguantar las arremetidas de Paltrinieri y Finke, quién estuvo a punto de repetir su gesta de Tokio 2020, donde remontó más de un segundo a sus rivales en el último 50. El italiano, leyenda viva del deporte acuático, solo pudo ser tercero tras firmar una carrera muy inteligente únicamente frustrada por su falta de velocidad final. En unos días tendremos el 1500, la distancia más larga de la piscina en la que contaremos con los mismos protagonistas.
4×200 libres masculino
El relevo largo masculino le puso la guinda final a una jornada para enmarcar. La lentitud de la piscina, evidenciada una vez más en esta prueba, nos privó de ver un posible récord del mundo. Los británicos, con James Guy, Tom Dean, Matts Richards y Duncan Scott, comandaron la final de cabo a rabo, cumpliendo los pronósticos sobre un equipo de ensueño. Estados Unidos, brava como ella sola, aguantó hasta el final a los pies británicos, pero los tiempos de Phelps y Lochte se quedaron en un pasado idílico.
Terceros fueron los australianos, con mención especial a la gran posta de Winnington, quién recuperó de forma impresionante la condición física tras la extrema dureza de su 800 libres. Muy retrasados llegaron China y Francia. A los locales les penalizó mucho no poder contar con Leon Marchand, aunque lo cierto es con él tampoco habrían estado en la lucha por las medallas, pues una simple posta no te mejora más de tres segundos el crono final.
Final 100 espalda femenino
La espalda femenina lleva estando liderada por McKeown y Smith varios años, pero el resultado siempre es el mismo. La norteamericana comanda en las pruebas eliminatorias, en las semifinales y durante 80 metros de la final. Ahí, cuando apenas restan quince brazadas para la conclusión, emerge la figura de la australiana para recoger el oro con una calidad y paciencia dignas de admirar. Esta vez se llevó un premio doble, pues su 57,33 le vale para inscribir su nombre junto a las siglas OR (olympic record).
La última premisa cayó del lado de la otra estadounidense, Katharine Berkoff, quién construyó su tercera plaza en un viraje espectacular y un buen segundo 50. Sensaciones contrapuestas a las de Masse, medalla de chocolate que pagó muy caro su agresividad inicial. Las francesas, pese al fervor popular, ni se acercan a la lucha por los metales y quedaron últimas con bastante diferencia respecto a las nadadores que las precedían.
Semifinales 100 libres masculino
Es una de las grandes pruebas del calendario, uno de los eventos más esperados. Las eliminatorias nos dejaron una gran actuación de Sergio de Celis, insuficiente para acceder a las `semis´. Y, es que, la igualdad impera en la velocidad masculina, pues anda sobrada de grandes nombres. La ronda que conforma el top 8 de cara a la final de mañana por la tarde ha sido la mejor evidencia de ello, pues nadadores de la talla de Liendo o Miressi la verán desde la grada sino hay bajas.
Sí que estarán los dos estadounidenses, Alexy y Guiliano, debutantes en unos Juegos Olímpicos. Estarán acompañado de Pan, plusmarquista mundial y favorito al oro, Popovici, campeón del 200 libres y principal oponente al chino, Chalmers, Grousset, Nemeth y Salchow. Será interesante observar también la variedad estratégica, pues aunque pueda parecer extraño en una distancia tan corta, existen nadadores como Nemeth a quiénes les gusta salir al 100% y otros como Chalmers que optan por un primer largo más conservador.
Semifinales 200 mariposa masculino
La batalla entre Leon Marchand, ídolo local y estelar campeón de los 400 estilos, y Kristof Milak, plusmarquista mundial del 200 mariposa, está servida. Al galo se le ha antojado el reto de asaltar el trono del húngaro, pero a este no parece inmutarle ni lo más mínimo. Es el hombre de hielo, tranquilo y concentrado, sin mostrar cualquier tipo de emoción si quiera cuando fue campeón olímpico en Tokio 2020. Si Leon paró el crono en la primera serie en 1:53, él lo hizo en 1:52 con una facilidad aparentemente inentendible para el resto de mortales.
Ilya Kharun, canadiense que todavía no llega a la veintena, se postula, junto a Ponti, como las únicas alternativas a los dos gallos, aunque su lucha todo hace indicar que será por el bronce. Una prueba, dominada por Michael Phelps por más de una década, en la que no habrá ningún estadounidense, siendo un hecho insólito. Tampoco será de la partida el español Arbidel González, a quién la magnitud del escenario se le ha hecho bola en los metros finales y tan solo ha podido ser decimosexto.
Semifinales 100 libres femenino
La evolución en la natación, sobre todo en las pruebas de velocidad, se mueve a marchas forzadas a excepción de Sarah Sjoestroem. El tiempo no parece pasar por el cuerpo de la sueca que, tras debutar en Pekín 2008, volverá a disputar una nueva final en la tarde de mañana, Su tiempo no ha sido el mejor, pero la imperante igualdad, seis nadadoras en dos décimas, la otorgan oportunidades de conseguir cualquier color de metal.
Haughey y Jack son las favoritas, pero quitar a O´Callaghan de la ecuación, a la flamante ganadora del 200 libres por delante de Titmus, sería ir de prepotente. Todo puede pasar en una prueba en la que cualquier mínimo error se paga muy caro y las dos norteamericanas, Huske y Wlash, primera y segunda en el 100 mariposa, también podrían meter la mano si se opta por una carrera más estratégica. Sea lo que sea, deparará un buen espectáculo.
Semifinales 200 braza masculino
Leon Marchand, una hora más tarde de tirarse a la piscina por primera vez para acometer los cuatro largos a mariposa, hizo lo propio a braza. Su gesta, la de meterse en ambas finales, tapa levemente la actuación estelar de Wiffen y aplaza para mañana lo que puede ser una tarde histórica. El galo no parece tener rival en la braza, pues les ha endosado más de un segundo a todos habiendo llegado fatigado, fruto también del discreto nivel demostrado por el resto de sus rivales.
Hasta tres nadadores accederán a la final olímpica con cronos superiores a la mínima FINA A que otorgaba el billete a París. Un hecho que habla de la extrema dureza, quizás desmesurada, tomada por la World Aquatics para la competición. Quin, actual plusmarquista mundial, no será de la partida tras desfondarse de forma estrepitosa, mientras que Stubblety-Cook se postula como el único nadador con ligeras opciones de poner en apuros al todopoderoso Marchand.
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