Uno de los clubes con más historia del fútbol galo, el Girondins de Burdeos, notificó en el día de ayer a la Federación Francesa de Fútbol su renuncia como club profesional
El fútbol francés está de luto. El histórico Girondins de Burdeos anunció este jueves su desaparición como club profesional. El conjunto galo, inmerso en una profunda crisis económica desde hace varios años, se ha visto obligado a tomar esta decisión tras no poder hacer frente a una deuda que se aproxima hasta los 90 millones de euros.
Un histórico forjado por leyendas
La caída a los infiernos del Girondins de Burdeos resulta todavía más sorprendente si se tiene en cuenta que, no hace mucho tiempo, estaba asentado entre los más grandes de Francia y, también, de Europa. En la temporada 2008-2009, el conjunto galo dirigido por Laurent Blanc y con futbolistas reconocidos en plantilla como Gourcouff, Chamakh o Cavenaghi conquistaba la Ligue 1.
Además, retrocediendo aún más si cabe en el tiempo, encontramos a jugadores del calibre de Zinedine Zidane, Alain Giresse, Jean Tigana o Bixente Lizarazu entre otros en las filas del Burdeos. Con un palmarés de seis Ligue 1, cuatro Copas de Francia, tres Copas de la Liga y tres Supercopas de Francia, el Girondins también ha sido un gran exportador de talentos, como es el caso reciente de Jules Koundé o Aurelien Tchouameni.
Un destino inevitable
Fundado en 1937, el destino del Girondins de Burdeos cogería un rumbo preocupante en el año 2018. El grupo empresarial M6, con quien lograron conquistar dos títulos ligueros (1999 y 2009) entre otros trofeos, decidía vender el club galo. Una decisión que desencadenaría la caída final del histórico francés años después. La llegada de dos grupos de inversión como General American Capital Partners (GACP) y King Street resultó esperanzadora, sin embargo, lejos de lograr el objetivo de devolver a lo más alto al Girondins, terminaron adentrándolo en una crisis insalvable.
Un cambio de estadio con millonarias pérdidas o el descontento de la afición por el nuevo escudo solo eran un presagio de lo que estaba por llegar. Totalmente a la deriva, el Girondins de Burdeos se declaró en quiebra en 2021. Ese mismo año, el empresario hispano-luxemburgués Gerard López asumiría las riendas de un conjunto galo que mantenía una deuda absolutamente fuera de lo común. Después de 30 temporadas en la élite del fútbol francés, en el curso 21-22 decía adiós a la Ligue 1. A partir de ahí, los esfuerzos por enderezar el camino del Burdeos resultaron una quimera.
El pasado martes el Girondins anunció que no podía afrontar los 40 millones de euros exigidos por el organismo financiero del fútbol francés, aceptando el descenso administrativo a la tercera división nacional. Su máximo dirigente, Gerard López, optó por dejar de invertir en el club, dejándolo a las puertas de una desaparición que se ha terminado por consumar este jueves.
¿Y ahora qué?
El conjunto galo de esta forma renuncia a su plaza como club profesional y, por ende, pone fin a su centro de formación junto a la liberación del contrato de todos los futbolistas de su plantilla. El propio Lopez, a pesar de tomar esta decisión, continuará en el cargo aunque rápidamente han aparecido los mensajes en redes sociales no solo de unos aficionados hartos por esta situación, sino también de leyendas del club. «Leo que Gérard Lopez cuenta con seguir como presidente y propietario. ¿En serio? Antes de nada, este señor debe desaparecer de Burdeos”, decía el histórico Lizarazu, lateral izquierdo del equipo francés entre 1988-1996. La desaparición del Girondins Burdeos no hace más que evidenciar el peligro que supone para clubes históricos como el francés la inversión procedente de un capital extranjero que, de no realizar una gestión eficiente, termina condenado al abismo.
Para informarte minuto a minuto del deporte desde otra perspectiva, SÍGUENOS en nuestras redes sociales:
