Jack Draper, ganador en Stuttgart, se postula como una de las grandes revelaciones para Wimbledon y la gira sobre hierra
El llamado a salvar al tenis británico, Jack Draper, comienza a florecer sobre la gira de hierba, sobre el verde típico de su territorio. Su juego directo, su gran saque y su buena movilidad, pese a levantar 1,93 metros del suelo, le han llevado a levantar el primer título de su corta carrera este pasado domingo en Stuttgart. Lo ha hecho a lo grande, acudiendo a Alemania como sexto cabeza de serie y remontando a Berrettini en la final, evidencia de lo que puede llegar a ser con paciencia y trabajo.
La tierra batida no es su fuerte, más bien es su punto débil, pues es uno de esos jugadores que, con la llegada de la primavera y el polvo de ladrillo, sufren alergias severas. En los últimos cuatro años suma la misma cantidad de victorias que de derrotas sobre dicha superficie, factor que no le ha impedido escalar hasta el puesto 31 del ránking este mismo lunes. Este supone su mejor registro hasta el momento, el cual le otorgará el privilegio de ser cabeza de serie en Wimbledon salvo sorpresa de última hora.
Su explosión ha tardado más de lo esperado por la lesión de hombro que le impidió disputar la gira de hierba la pasada temporada. Pese a ello, a sus 22 años, ya sabe lo que es pisar la segunda semana de un Grand Slam o poner contra las cuerdas a jugadores del top 10. Esta semana viaja a Queens y, casualidades del sorteo, podría enfrentarse en segunda ronda a Carlos Alcaraz, convirtiéndose en un test muy significativo para ambos. Eso sí, previamente deberá derrocar al terrícola Mario Navone.
Mejor británico y directo a los Juegos
Su victoria en Stuttgart le convierte en el mejor británico del ránking actualmente, desplazando al irregular Cameron Norrie de dicho lugar. Un privilegio y responsabilidad que le ha otorgado el billete directo a los Juegos Olímpicos de París, compartiendo equipo con Murray, Evans y el propio Norrie. Precisamente con Cameron disputará el dobles en Queens en un experimento o prueba de cara a París, donde también saltarán juntos a la pista para defender los colores británicos.
La cita olímpica, al ser sobre tierra batida, no parece adaptarse en exceso a las cualidades de Jack Draper. Sin embargo, varias semanas antes disfrutará de su plato fuerte de la temporada, de Wimbledon. Es allí donde Jack goza de muchas papeletas de ser la gran sorpresa y colarse, como mínimo, en la segunda semana londinense. El cuadro será determinante, pero el hecho de jugar en casa y de, muy posiblemente, acceder como cabeza de serie, hacen de él un jugador muy peligroso.
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