Dinamarca fue la inesperada campeona de la Eurocopa de 1992, tras vencer a Países Bajos en semifinales y a Alemania en la final
La Eurocopa de 1992, novena edición del campeonato, el formato de acceso a la fase final no sufrió ningún cambio con respecto a 1988. Siete grupos de cuatro o cinco selecciones donde los punteros acceden, junto al país anfitrión, en ese caso Suecia, a la segunda fase de grupos. Esta novena EURO, está marcada por el contexto político en que se encontraba el continente, y que influyó brutalmente en el desarrollo y desenlace del torneo.
Muerte en la orilla
Dinamarca fue designada en el Grupo 4 de clasificación para la Eurocopa junto a Yugoslavia, Irlanda del Norte, Austria e Islas Feroe. Sobre el papel, la lucha por estar en Suecia 1992 iba a estar entre balcánicos y daneses. Los de Moller-Nielsen comenzaron su participación ante los feroeses en octubre de 1990, unos meses después del Mundial. En aquella Copa del Mundo, Dinamarca no llegó a clasificarse, luego de perder el partido definitivo ante la Rumanía de Gica Hagi y Gica Popescu. La derrota no solo acarreó la eliminación, también propició la marcha de Josef Piontek como seleccionador y la llegada del nuevo técnico..
El debut en Copenhague fue inmejorable. 4-1, con doblete de Michael Laudrup. La alegría por el triunfo, sin embargo, fue efímera, ya que, en el próximo choque, firmaron las tablas con los norirlandeses. Un pequeño tropiezo, que terminó siendo determinante. Los dos partidos siguientes, fueron ante Yugoslavia. El primero, celebrado en la capital danesa, terminó del lado balcánico gracias a los tantos de Bazdarevic y de Robert Jarni (0-2).
Para pasar de ronda, era necesario ganar en Belgrado, de lo contrario, habrían certificado virtualmente su eliminación. Con un doblete de Bent Christensen, mítico delantero de la SD Compostela de finales de siglo, mantuvieron a raya a los de Ivica Osim. Restaban dos duelos a cada uno, pero los yugoslavos se encontraban un punto por encima, por lo que al no fallar ninguna de las dos, Yugoslavia accedió a la fase final.
La Resolución 757 del Consejo de Seguridad de la ONU
En junio de 1991 estalló una sangrienta guerra en los Balcanes. Las tensiones internas entre eslovenos, croatas, bosnios, serbios, montenegrinos y macedonios de varias generaciones dieron origen a uno de los conflictos más violentos de la historia de la humanidad. No obstante, pese a la situación bélica del país, la UEFA pretendía que jugasen el torneo. El 30 de mayo de 1992, a diez días del inicio de la competición, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 757.
En este escrito, se le imponía a Yugoslavia infinidad de sanciones comerciales, económicas, políticas y deportivas. En este último apartado figura que «tomarân las medidas necesarias para evitar que participen en acontecimientos deportivos en su territorio personas o grupos que representen a la Republica Federativa de Yugoslavia«. De esta forma, la nación quedaba inmediatamente eliminada, entrando en su lugar la segunda clasificada de su grupo, es decir, Dinamarca.
Una vida extra (para hacer historia)
Tras un amistoso de preparación ante la CEI (Comunidad de Estados Independientes), selección de la Unión Soviética durante la disolución del país, ‘La Dinamita Roja’ estaba lista para hacer historia. Tras el empate inicial ante Inglaterra (0-0) y la derrota ante la anfitriona (1-0), estaba en la obligación de ganar a Francia si quería seguir con vida. El ganador de ese partido lograba el cupo en semifinales. Después de un duelo muy igualado, Elstrup, en el 78′ anotó el gol de la victoria para los rojiblancos. Dinamarca se clasificaba a las semifinales por tercera vez, después de España 1964 y Francia 1984.
Las semifinales no fueron contra un rival sencillo, la vigente campeona, Holanda. El núcleo que les hizo campeones seguía intacto: Rijkaard, Gullit y Van Basten, pero ahora contaba con nuevas incorporaciones como Dennis Bergkamp o Bryan Roy. Después de un partido frenético, uno de los mejores de todo ese año, Dinamarca se hizo con la victoria desde los once metros, luego de que Peter Schmeichel detuviese el lanzamiento de Marco Van Basten. Era digno de película, en menos de un mes, los daneses pasaron de estar eliminados a estar en la final. Su rival por el título, y que venía de dar la campanada en Solna, no fue otro que Alemania, la vigente campeona del mundo.
25 de junio de 1992, Dinamarca contra Alemania, el sueño de la primera contra el del tricampeonato. Hazañas diferentes, pero con el mismo grado de heroicidad. Los germanos comenzaron muy verticales la final, poniendo en constantes apuros a Peter Schmeichel, sin embargo, el nórdico estaba respondiendo de forma sublime a todas las ofensivas. Por alto, por bajo, en los unos contra uno, en todas las acciones estaba siendo capaz de paralizar a Die Mannschaft. A los 18′, y tras un pase desde línea de fondo de Povlsen, John Jensen, histórico centrocampista del Arsenal FC, anotó un golazo desde la frontal, imparable para Bodo Ilgner. Los minutos avanzaban, los alemanes insistían, y Schmeichel detemía todo disparo entre los tres palos. Después de arriesgar en busca del empate, y en un contraataque, Vilfort puso la guinda al pastel. 2-0 en Goteborg, y la selección que entró de reserva, se marchó como campeona.