AFICIÓN DEPORTIVA CHEQUIA,ESLOVAQUIA,EUROCOPA 2024,FÚTBOL INTERNACIONAL,SUPERFÚTBOLINTERNACIONAL Historias de la Eurocopa: Checoslovaquia, 1976 y Antonin Panenka

Historias de la Eurocopa: Checoslovaquia, 1976 y Antonin Panenka

checoslovaquia 1976

Checoslovaquia fue la campeona de la Eurocopa de 1976 después de ganar a Países Bajos en semifinales y a Alemania en la gran final

La Eurocopa de 1976, quinta edición del torneo, se celebró en la extinta Yugoslavia. Belgrado y Zagreb, actuales capitales de Serbia y Croacia, albergaron la fase final de la competición más importante del continente. Ni Alemania, que defendía la corona y también era vigente campeona del mundo ni la ‘Naranja Mecánica’ de Johan Cruyff alzaron la Henri Delaunay. Contra todas las quinielas, Checoslovaquia fue el país que, después de una actuación memorable, se hizo con el trofeo.

Crecimiento exponencial en fase de grupos

Pese a que la final se celebrase en 1976, Checoslovaquia comenzó su viaje hacia el éxito dos años antes. El 30 de octubre de 1974 jugaron el primer partido de la que terminaría siendo ‘su’ Eurocopa. Sus rivales en el Grupo 1 fueron Inglaterra, Chipre y Portugal. El debut fue nefasto: derrota por tres a cero en Wembley. En ese momento, era inimaginable que pudieran llegar a ser campeones algún día. Vaclav Jezek, seleccionador checoslovaco desde 1972, había conseguido forjar un equipo de una calidad abismal, pero con poco renombre en el continente. Anton Ondrus, Antonin Panenka, Jan Pivarnik o Zdenek Nehoda eran jugadores muy destacados en la liga de su país, y la Eurocopa iba a ser el trampolín que les impulsaría definitivamente a la fama.

La goleada recibida en suelo inglés fue la única derrota de los centroeuropeos en toda la competencia. Los chipriotas fueron masacrados por las filas de Checoslovaquia tanto en la ida como en la vuelta con dos resultados muy abultados (4-0 y 0-3). Por su parte, los lusos sí fueron capaces de firmar las tablas en uno de los cruces (1-1), pero no evitaron la ‘manita’ en el Letenský Stadion de Praga fueron vapuleados en el primer enfrentamiento (0-5). Con diez de doce puntos posibles lograron el primer puesto del grupo, y con ello avanzaron a los cuartos de final.

Para estar entre las cuatro mejores selecciones, los checoslovacos tuvieron que vencer a la Unión Soviética. El combinado dirigido por el histórico Valeri Lobanovski y liderado por Oleg Blokhin, Balón de Oro en 1975, era un hueso muy duro de roer para Jezek. La ida se celebró en Bratislava y acabó 2-0, con tantos de Moder y Panenka. Menos de un mes después, en la vuelta de la eliminatoria, la URSS supo plantar cara a su rival y forzar un empate (2-2), sin embargo, el resultado global hacía que Checoslovaquia fuera uno de los cuatro candidatos a reinar en Europa.

El sueño hecho realidad

Las semifinales de la Eurocopa de 1972 enfrentaron a Checoslovaquia y Países Bajos en un lado, y a Yugoslavia y Alemania por el otro. El pronóstico era una repetición de la final de la Copa del Mundo de 1974. Los germanos sí fueron finalistas, luego de remontar un 2-0 en contra y, con el tiempo de la prórroga, derrotar a los yugoslavos por dos a cuatro. La sorpresa llegó en Zagreb, donde después de un partido de locura, con tres expulsiones y dos penaltis, Checoslovaquia «exprimió» a la ‘Naranja Mecánica’ y llegaba a una final de la Eurocopa por primera vez desde la creación del torneo. Ese duelo contra los neerlandeses puso de manifiesto que Checoslovaquia podía plantarle cara a cualquiera y que la final no iba a ser nada fácil para Alemania.

El 20 de junio de 1976, el en Estadio Crvena Zvezda, un poco conocido David se enfrentaba a un afamado Goliat. Los teutones podían hacer un hito legendario siendo la primera selección en encadenar tres títulos de forma consecutiva. Empezaron golpeando los futbolistas checoslovacos, por mediación de Svehlik, sorprendiendo a todo el respetable y dejando claro desde el primer minuto a su adversario que querían hacer historia. al poco tiempo, Dobias puso el segundo gol de la tarde, que encaminaba mucho la final. La alegría checoslovaca desde ese instante fue disminuyendo, ya que al poco del segundo, Dieter Muller acercó distancias con el 1-2, y, Holzenbein, a falta de un minuto para acabar, marcó un tanto vital para Alemania que forzó la prórroga.

‘El Penalti’

Los de Helmut Schön se repusieron del 2-0 y forzaron el alargue, sin embargo, ese tiempo extra solo fue el preámbulo de la tanda de penaltis más famosa de la historia. Siempre se dice que en las penas máximas es donde los porteros cobran mayor relevancia. En aquella tanda, el nombre que pasó a la historia fue el de Antonin Panenka. Ambas naciones anotaron sus primeros tres lanzamientos, pero en el cuarto, Jurkemik marcó, pero Uli Hoeness envió el balcón por encima del larguero.

Once metros y uno de los mejores porteros del momento, Sepp Maier, eran lo único que separaba a Checoslovaquia de la corona. Panenka fue el encargado del disparo. Tomó carrerilla, se dirigió al balón y con una parábola muy suave al medio batió al arquero. Checoslovaquia era la campeona gracias al ‘penalti de todos los tiempos’ que causó fervor en el fútbol posterior y que sería replicado por ilustres como Sergio Ramos o Andrea Pirlo.

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