AFICIÓN DEPORTIVA ROLAND GARROS,SUPERTENIS,TENIS Nadal cede su corona en una nueva demostración de grandeza

Nadal cede su corona en una nueva demostración de grandeza


Nadal perdió contra Zverev (6-3, 7-6, 6-3) en un duelo que pasará a los anales de la historia por la garra, pundonor y carácter demostrado por el balear

Cayó Nadal, cayó de pie, luchando hasta la última bola del encuentro y llevando al límite al jugador más en forma de la actualidad. Habían sido tan solo quince partidos en dos años, pero de ellos este se lleva la palma sin duda. Gozó de oportunidades, emocionó al público, se sacó golpes de la chistera inauditos…Rafa volvió a ser Rafa sobre la Philippe Chatrier. Si hubiera estado otro enfrente, seguramente el resultado hubiera sido distinto, pero hoy Zverev se convirtió en el mejor verdugo posible, en una roca indestructible al que le salió todo, incluso esa derecha paralela que tanto acostumbra a costarle.

El primero cae del lado de Zverev

Una Philippe Chatrier llena hasta la bandera, abarrotada tanto de personas como de ilusión. La posibilidad de que fuese el último partido de Nadal en su casa generó un movimiento masivo de afición gala, rendida a su rey. La falta de ritmo del balear se palpó en esos primeros instantes donde no estuvo nada fino, muy errático, todavía en proceso de adaptación y prueba que le costó muy caro, pues el germano no falló y rompió a las primeras de cambio.

Una ventaja que pudo recuperar tras un juego en el que Zverev regaló mucho, pero tampoco fue capaz y, sin conseguir el contra break, el anhelo de conseguir esa primera manga iba desapareciendo. El hecho de que se jugase bajo techo tampoco ayudaba al tenis desplegado con Nadal, la bola, muy pesada, no ayudaba a que la derecha de Rafa hiciese tanto cambio. La del 4 del mundo si que funcionaba de maravilla, sobre todo sorprendiendo con una paralela muy efectiva que no acostumbra a realizar con tanta frecuencia.

Lo cerró Zverev (6-3) al resto tras luchar lo indecible para llevárselo ante un Rafa que parecía tener más corazón que cabeza por el momento. Aunque poco a poco sí que iba cogiendo sensaciones con el paso de los minutos, pero se echaba de menos que probase cosas diferentes como dejadas o reveses cortados sobre los reveses de Zverev, a quién le cuesta mucho agacharse. Pese a ello, el germano estaba muy seguro con su servicio por el momento, por encima del 70% de primeros saques.

Nadal

Segundo set: Golpe muy duro

Se fue a vestuarios Nadal y regresó a la arcilla parisina con ideas renovadas, buscando golpes más directos y subiendo a la red de forma asidua. Pese a ello, no parecía ser suficiente para derribar la muralla de Zverev, quién era una absoluta roca en el día de hoy. El germano gozó de varias oportunidades de rotura en el cuarto juego, pero fue ahí donde, entre Rafa y la grada, consiguieron darle la vuelta por completo al choque.

El balear no solo salió indemne de esa difícil situación, sino que le rompió el servicio a su oponente en el siguiente juego, corriendo de lado a lado como si de un adolescente se tratase. Voló a partir de ahí Rafa durante el resto del set, dando la sensación de que ya nadie ni nada le iba a poder robarle el segundo envite hasta que, Zverev, disputó un juego perfecto con 5-4 para Rafa y devolvió la igualdad al luminoso.

Ambos sacaron adelante sus respetivos servicios y el set se fue al tie-break. El tenis vivido durante esos cerca de quince puntos fue excelso, el nivel de bola ciertamente extraordinario, inentendible el cambio de Nadal en tan pocos días. Allí, donde todo parecía indicar que el balear se iba a llevar el gato al agua, Zverev resolvió como un auténtico número 1, entrando en pista cuando podía y, sobre todo, manteniéndose intratable al servicio. Nadal se iba cabizbajo, negando con la cabeza, la oportunidad perdida supuso un golpe muy duro para el ganador de 14 Roland Garros.

Nadal

Tercer set: Querer y no poder

La desilusión fue importante en la cabeza de Rafa que salió al envite definitivo con ciertas muestras de cansancio y poca confianza en la remontada. Ese sentimiento no era suficiente para matar a uno de los mejores de la historia y respondió como él solo sabe, rompiendo el saque y poniéndose 2-0 arriba. Sin embargo, hoy no tenía un rival que se fuera a amedrentar por el ambiente o por la figura que tenía enfrente, sino que iba a demostrar que él también es uno de los llamados a marcar el presente y el futuro del deporte de la raqueta.

Del 2-0 a favor pasamos al 2-2 y bolas de break para Zverev. Ese juego, de más de doce minutos, lo salvaría Nadal por pura lucha y pundonor, pero el siguiente ya sería imposible, pues el nivel del alemán era inaudito, quizás el mejor de su carrera hasta el momento. Se soltó de una manera fabulosa al final, demostrando, si ya no lo había hecho antes, el guanta que posee en su revés, uno de los mejores del circuito, a la altura del de Djokovic incluso.

La remontada de Zverev fue el último mazazo que recibió el balear en la tarde de hoy tras caer de pie, como él solo podría, ovacionado por aquellos que no le recibieron con los brazos abiertos en el 2005. Si volverá o no es una incógnita, pero lo cierto es que, si el físico le respeta, si las lesiones no se ceban con él, lo volverá a intentar.

Nadal

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