La relación entre Pezzolano y la afición del Valladolid está completamente rota y destruida, lo que se ha visto con la última movida en clave vallisoletana
La Liga Hypermotion, conocida entre bromas esta temporada como Hypertension, no deja de sorprender por su emoción y sus situaciones nunca vistas. La más reciente, en la penúltima jornada, con el ascenso del Valladolid, un equipo que ha pasado toda la temporada en un tira y afloja entre los resultados deportivos y la relación entre su entrenador, el uruguayo Paulo Pezzolano, y su afición.
Los enfrentamientos continuos con la hinchada y los comentarios en las ruedas de prensa, donde llegó a decir que al Valladolid le faltaba «una afición competitiva», han generado una relación irreconciliable. Esto ha culminado en un ascenso muy esperado, pero que deja un sabor extraño en Pucela debido a la falta de sintonía, por decirlo suavemente, con su técnico. Durante la temporada, ha sido un clamor constante del público pidiendo su salida del club. Curiosamente, los abucheos contra él fueron más intensos en los partidos que el Valladolid ganaba y que lo acercaban al ascenso directo, que en los que perdía.
Y esto continuó escenificándose el día decisivo, cuando una victoria y un tropiezo del Eibar, devolvieron al Valladolid a LaLiga EA Sports solo un año después de su descenso. En el minuto 86, el Villarreal B se adelantó en el marcador, remontando el 1-0 inicial de Raúl Moro. Sin dudarlo, el público retomó los cánticos contra su entrenador. En los minutos 93 y 97, el Valladolid dio la vuelta al marcador, desatando la euforia de la afición local.
Escasos minutos después del pitido final, el público volvió a corear en contra del uruguayo. En medio de la euforia por el logro, el estadio gritaba «Pezzolano dimisión». En respuesta, el técnico, desafiante y alzando los brazos al aire, animó a los aficionados a gritar aún más. «Demostramos lo que es un uruguayo. Cuidado con los uruguayos porque tenemos algo que no hay en otros lados. Agradecido a la institución y a gran parte de esta ciudad. Ha sido una temporada durísima», dijo.
No terminó ahí. Durante las celebraciones en el césped, los jugadores del Valladolid realizaron el tradicional manteo al entrenador del ascenso. Mientras esto ocurría, el público que aún permanecía en Zorrilla abucheaba, reflejando nuevamente la fractura que ha caracterizado al Valladolid esta temporada.
La ruptura ha sido evidente durante todo el año. Ahora queda por ver si el técnico uruguayo que descendió y volvió a ascender con el Valladolid continuará en el nuevo proyecto. Este será un importante asunto que Ronaldo deberá resolver en los próximos días.
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