Tras la derrota del Córdoba en el Nuevo Los Cármenes, el CD Castellón se asegura el ascenso matemático a la Segunda División. ¡Enhorabuena, orelluts!
Y las palmas volvieron a sonar
Ha sido un año intenso. Que parecía que sería más tranquilo, pero ha merecido la pena. Tras tres años fuera del fútbol profesional, el CD Castellón es oficialmente equipo de Segunda División.
Como diría el mítico cántico de la afición castellonense: «con el sol se alzarán las banderas, y las palmas volverán a sonar»; y es que sí, han vuelto a sonar las palmas en Castalia. Los orelluts han vuelto a la fuente cercana al feudo albinegro, y el Castellón ha vuelto a donde nunca debió de irse.
La tierra prometida es una realidad
En el año 2022, y tras lograr la permanencia en Primera Federación, Haralabob Voulgaris aterrizaba en La Plana con un objetivo: devolver al Castellón al fútbol profesional. Luego de dos temporadas, la meta se ha alcanzado, y la tierra prometida es una realidad.
Erigiéndose como una figura cercana y con ganas de hacer las cosas bien, el presidente albinegro ha conseguido aquello que muchos otros no. Y sobre todo, algo que otros intentaron matar.
El Castellón no resucita, porque nunca dejó que lo matarán
Para resucitar, primero hay que estar muerto, y para morir hay que estar vivo. Pues bien, el CD Castellón es el vivo ejemplo de resistirse a que lo entierren, y no solo eso, sino a sacar fuerzas de donde no las hay para llegar a donde ha llegado.
Porque este ascenso no es solo de los jugadores, ni del entrenador, ni de ‘Bob’, es de todos aquellos aficionados albinegros que, pese a las circunstancias, a las adversidades, y a todo tipo de inconvenientes que dejaron a su equipo en la UCI, han estado ahí. Este ascenso es vuestro.