El franco-argelino está lejos de ser un jugador indiscutible para Pellegrini, que lo ha sentado en el banquillo en las dos últimas jornadas
Nabil Fekir siempre se ha caracterizado por ser un jugador de rachas. Desde el primer momento en que se enfundó la camiseta verdiblanca, su fútbol enamoró al beticismo. Sin embargo, las lesiones y la falta de regularidad han lastrado su carrera. En los últimos tiempos, Fekir parece estar atravesando una de esas etapas negativas, hasta el punto de haber perdido la titularidad.
Una temporada marcada por las lesiones
Uno de los mayores obstáculos de la temporada de Fekir han sido los problemas físicos. El primero de ellos fue una lesión de rodilla, que le impidió disputar las 11 primeras jornadas de liga. Tras recuperarse, Pellegrini le dio algunos minutos en la jornada 12 y 14. Desafortunadamente, volvió a caer lesionado, esta vez por una rotura de nariz que le hizo perderse las 5 fechas siguientes.
En la jornada 22 tuvo su primera titularidad del curso en LaLiga. El técnico chileno decidió probarle como ‘falso nueve’, un experimento que no terminó de dar resultado. Fekir no se encontró cómodo como principal referencia ofensiva, y apenas participó del juego colectivo. En la jornada siguiente repitió la misma estrategia ante el Getafe, de nuevo, sin éxito.
Entonces llegó un momento decisivo en la temporada de Fekir: la lesión de Isco. Con la baja del malagueño, sumada a la de Ayoze, era el escenario perfecto para que el francés recuperase protagonismo. Nada más lejos de la realidad, este no fue capaz de tomar las riendas del equipo, y fueron otros atacantes como Fornals o Willian José quienes sacaron adelante los partidos.
En la jornada 30, ante el Girona, Ayoze e Isco volvieron a la titularidad. Esto obligó a Pellegrini a variar el sistema para encajar a la amplia nómina de mediapuntas. Ayoze y Fornals ocuparon las bandas, mientras que Isco y Fekir partieron como interiores, dejando a Guido como único centrocampista defensivo. Aunque fue un partido parejo, el Betis acabó perdiendo ante los de Míchel.
En las últimas dos jornadas, Pellegrini ha vuelto al 4-2-3-1, con Guido y Cardoso como doble pivote, y la línea de mediapuntas conformada por Ayoze, Isco y Fornals. El gran sacrificado, como cabría esperar, ha sido Nabil Fekir, que entró desde el banquillo en la segunda parte de ambos partidos. Fekir está lejos de su mejor nivel y, ante la dura competencia en la zona de ataque, su futuro podría estar lejos de Sevilla.
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