El Atlético de Madrid afronta el partido de vuelta de Champions League en el Signal Iduna Par tras ganar en el Metropolitano por 2-1
El Atlético de Madrid quiere soñar. Primero fue la Copa, ahora es la Champios, este Atleti siempre tiene motivos para ello. En una temporada donde, tras la eliminación copera ante el Athletic y la derrota ante el Inter, todo parecía perdido, los de Simeone vuelven, como suelen a acostumbrarnos, a renacer de sus cenizas. Hace 6 días, el Metropolitano rugió para llevar en volandas al Atleti hacia las semifinales, siete años después, ahí es nada. Ahora, el Signal Iduna Park lo querrá emular con su Borussia. Sin embargo, si de algo sabe este Atleti es de ambientes hostiles, y no hay nadie que se desenvuelva mejor que esos 11 vestidos de rayas canallas.
6 días desde esa victoria en Dortmund, donde, ni el más cuerdo de los aficionados rojiblancos se ha podido quitar de la cabeza este partido de vuelta en Alemania. La Champions ilusiona, pero a este Atleti aún más. Motivos sobran para creer, sino que se lo digan a esos 4.000 locos que ya están en Dortmund o rumbo a ello para animar y pintar ese tan temido muro amarillo de rayas rojas y blancas, como ya ocurriera en otros grandes templos europeos. Anfield, Stamford Bridge, Allianz Arena, Camp Nou…, y un sinfín de grandes escenarios donde este Atleti de Simeone se coronó para alargar ese camino hacia la tan ansiada innombrable. Los finales de todos esos caminos fueron duros, pero la historia siempre aguarda un escenario para aquellos que la merecen. ¿Por qué no puede ser este año? Pero, ¿y si sí?
Un grupo curtido en mil batallas
Experiencia. Algo necesario en estos partidos y a lo que el Atlético de Madrid le sobra en plantilla. Terziç ya lo decía en la ida. Simeone confía en la vuelta. Witsel y Azpilicueta, curtidos en mil batallas a lo largo de Europa, Koke y Giménez, dos hombres de la vieja guardia de Simeone o Griezmann, un campeón del mundo al servicio de su ejército, al servicio de su jefe. Poco le van a temblar las piernas a jugadores como ellos ante un muro amarillo como el de Dortmund. La pesadilla ya la tuvieron ellos en el muro rojiblanco del Metropolitano.
La de mañana no será una más, y sí una de las que gusta ganar. Ganar, ganar, ganar y volver a ganar diría Luis Aragonés. Seguro que, acompañado de muchos otros, vivirá el partido desde ese tercer anfiteatro siempre puesto de gala para ver a su Atleti ganar. Mañana es el día de volver a disfrutar, mañana es el día de volver a ser grandes por Europa. Mañana es el día, Atleti. Mañana es el comienzo de un camino hacia algo muy bonito. Mientras otros duermen, nosotros soñamos. Vamos, dale Atleti.