La UD Las Palmas no encadenaba tantos partidos sin lograr una victoria desde enero de 2020. Los amarillos no levantan cabeza en este tramo de la segunda vuelta y se encuentran inmersos en su peor racha de la presente temporada.
Siete, son los partidos consecutivos que lleva la UD Las Palmas sin conocer la victoria en este segundo tramo de la competición. Desde el pasado 10 de febrero, dónde se venció en los últimos minutos del partido al Valencia, los canarios no han vuelto a sumar 3 puntos en un partido. Dos puntos de veintiuno posibles demuestran el tremendo bajón de resultados y de puestos clasificatorios. Los escasos puntos, junto con la sequía goleadora ha obligado a los aficionados de Gran Canaria, a olvidarse del sueño europeo y a recordar cual es realmente el objetivo.
Firmar los 40 puntos se trata de la tarea más inminente que deben cumplir los hombres de Pimienta para respirar con tranquilidad en las 7 jornadas que quedan por delante. El partido contra el Celta de Vigo sin duda se tratará de una final para los gallegos que confían en salvarse a final de temporada. La UD Las Palmas, deberá conseguir los 3 puntos para cortar una dinámica negativa que comienza a ser de récord. Con 7 partidos sin ganar, las cifras comienzan a parecerse a una de las peores dinámicas que se le recuerdan al equipo en la última década.
Para encontrar una racha de encuentros con tantos resultados negativos, hay que trasladarse al 2020. El equipo, en aquel momento entrenado por Pepe Mel, encadenó 12 partidos seguidos sin conocer la victoria. Tuvieron que pasar 6 meses y una pandemia por en medio, para que los canarios volvieran a ganar un partido en liga. Es cierto, que esta situación ocurrió cuando el equipo todavía militaba en la segunda división.
Racha negativa en primera división
Si queremos trasladar estos datos a la máxima competición del fútbol español hay que viajar al 2018. El entrenador en esa época era Paco Jémez, quién consiguió únicamente 2 triunfos a los mandos del equipo canario. La «UD» sumó hasta 16 encuentros seguidos sin conocer la victoria, casi cuatro meses de competición que finalmente costaron un descenso de categoría. Obviamente, el equipo se encuentra en estos momentos en una situación mucho más cómoda y con la permanencia prácticamente en el bolsillo, en una situación prácticamente incomparable con la temporada 2017-2018. Aunque por el bien de los intereses del conjunto «pio pio», esperamos que se pueda poner fin cuanto antes, a una de las peores rachas de la última década en primera división.
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