Paula Badosa sufrió una nueva derrota a las primeras de cambio (6-1,6-4) , esta vez en Charleston, tras reaccionar muy tarde ante Collins, quién sigue de dulce tras su título en Miami
El tenis, en muchas ocasiones, se rige por dinámicas y rachas. Danielle Collins, una jugadora que parecía desahuciada al anunciar su retiro después de su tempranera eliminación del Open de Australia, ahora se ha convertido en la jugadora más en forma del circuito. Pese a que su decisión es inamovible y colgará la raqueta a finales de año, el título de Miami y su encuentro ante Badosa en el día de hoy demuestran que podría seguir jugando al máximo nivel durante varios años.
Paula pasa por un momento completamente opuesto al de Danielle, sin suerte y con muchas dudas en si misma. La mala fortuna, sumado a su bajo ránking tras la lesión de espalda, la empareja con las mejores del mundo en las primeras rondas. Un hecho que está dificultando mucho que la española vuelva a coger ritmo de competición, pues por el momento no está a su nivel. Eso sí, sigue luchando y peleando como nadie, sabedora de que el buen trabajo da sus frutos y que algún día el azar le sonreirá.
Primer set: Querer y no poder
Paula destaca por ser una jugadora aguerrida y luchadora, pero a la que la cabeza le ha jugado una mala pasada en muchas ocasiones. Quizás la primera manga no fue tanto un problema mental como de falta de ritmo. Su bajo ránking la hace enfrentarse con las mejores en las primeras rondas, lo que la obliga a hacer hazañas si quiere acceder a los partidos de finales de semana. De momento no lo ha conseguido y ello la genera una falta de partidos y de aclimatación al circuito muy importante.
Collins era claramente la favorita tras haber vencido en Miami hacía apenas tres días, aunque el cambio de superficie quizás la podía generar una mayor incomodidad. Pese a ello, Badosa optó por salir un poco a la expectativa, a que fuera su oponente la que propusiera y que tuviera que manejar la presión. Sin embargo, la norteamericana no pareció padecerla, pues se comportó de una forma excepcional sobre la pista. La tierra batida verde de Charleston se convertía en pista rápida ante los constantes winners de Danielle.
No tuvo historia un primer set que no llegó a la media hora, en parte por los siete errores no forzados cometidos por Badosa en los cuatro primeros juegos. Cuando quiso despertar ya era demasiado tarde, además que la estadounidense le respondió a su rebelión particular con un contrabreak instantáneo. El estado de forma de Danielle fue implacable para una Paula que se marchó a la silla cabizbaja y ostensiblemente decepcionada tras el 6-1.
Segundo set: Un vendaval que no cesa
Se trataba de intentar cambiar cosas, estrategia, quizás jugar un poco más agresivo. El primer paso hacia una hipotética remontada pasaba por ganar su primer juego al servicio del encuentro, pues en el primer envite el único que sumó lo hizo al resto. Un objetivo que no cumpliría, rompiéndole la norteamericana ya de inicio y volando hacia la siguiente ronda. El saque de Badosa no hacía daño a Collins, como si no pudiese ejercer fuerza en dicho golpe, aunque no presentaba, a priori, ninguna molestia en su magullada espalda.
El choque era claramente la cara y la cruz. Collins, que se retirará a final de año, parecía jugar con el viento a favor, todo la salía y cada golpe inverosímil que intentaba caía sobre la líneas del Credit One Satdium de Charleston. Por el otro lado, Badosa se desvanecía con el paso de los juegos, incapaz de reaccionar ante la tormenta que la arrollaba. Las dos doble faltas en el tercer juego de la segunda manga, el cual volvería a caer del lado de la local, eran la clara evidencia de su desgaste.
Una reacción tardía
Reaccionó Paula, pero ya era demasiado tarde. Logró romperle el saque a la estadounidense y culminarlo para ponerse 3-2. Consiguió llevar el choque a un cara a cara, a una batalla sin cuartel, apoyada también por un servicio que milagrosamente parecía recuperarse. Danielle comenzó a notar el aliento de la española respirándola en el cogote, amenazando con la posibilidad de remontada. Factor que la llevó a cometer algún error más de la cuenta, pero que supo enmendar por sus propios medios.
Los últimos juegos se asemejaron a una madre llevando a su hija al quiosco para comprar el pan. Collins le ponía el caramelo a Paula, incluso con bolas de break que la hubiesen permitido meterse de lleno en el enfrentamiento, y se los quitaba de forma cruel. Cuando restaba la estadounidense para llevarse, de una vez por todas, el billete a la siguiente ronda se tuvo que parar unos minutos para atender a una persona en la grada que sufrió problemas de salud.
Unos instantes de tensión y preocupación que se cerraron con un aplauso unánime hacia los servicios sanitarios y con la certeza de que la vida de la persona no corría peligro. El parón le sentó bien a Badosa, pues se llevó el juego en saque, obligando a Danielle a tener que cerrarlo con su servicio, algo siempre complicado. No le tembló el pulso a la ex 7 del mundo y a base de raquetazos cerró el choque. Ahora le toca un hueso más duro de roer, la turca Ons Jabeur.