El Levante resucita tras cosechar una remontada épica frente al Elche. En apenas 30 minutos se pasó del 0-2 a un 3-2 que hizo rugir al Ciutat de Valencia como no lo hacía desde hace tiempo
Las luces, a veces contraproducentes
Minuto 61. El Elche vence por 0-2 en el Ciutat de Valencia y lanza un balón al larguero. El ambiente es hostil, sin grada de animación, ni ilusión. Y de repente, en ese camino de oscuridad y pesimismo, resurge el Levante.
Un penalti de Dela, y posteriormente los goles de Brugué y Dani Gómez, dieron vida a un equipo que volvió a sentir a su gente. Y que, después de mucho tiempo, vio salir el sol en este tormento de temporada.
Las luces del partido no solo estuvieron sobre el verde, ya que la grada se iluminó. Y no por las linternas de los móviles de los aficionados como respuesta a que lo hicieran previamente los hinchas ilicitanos, sino de esperanza. Porque como dice la canción de Los Secretos, Pero a tu lado, «he muerto y he resucitado».
Las sombras, a balón parado
Si bien el partido fue vibrante y el equipo de Felipe Miñambres se opuso a la adversidad, también tuvo momentos muy negativos. Y es que un día más, el Levante encajó en una faceta que le está pasando factura durante todo el curso, las acciones a balón parado.
Ya sucedió en el último encuentro frente al Burgos, y ayer no fue menos. Sin duda, esta ha sido y es la tarea pendiente que necesitan mejorar los granotas para aspirar a los puestos de playoff.
Silenciar no es una buena señal
El choque dio para mucho. Tanto dentro como fuera del terreno de juego, y esto se vio con lo sucedido en la grada. En primer lugar, previo al habitual bufandeo en el minuto 19:09, se mostraron pancartas en contra de la gestión de José Danvila.
Sin embargo, la seguridad del estadio increparía a los aficionados molestos retirando las señales de protesta. Más tarde, cerca del descanso, acontecería un hecho surrealista y a la vez vergonzoso.
Durante la totalidad de la primera parte se escuchó en repetidas ocasiones los cánticos «Danvila vete ya», y «directiva dimisión», a lo que la misma respondió cerrando los micros de la grada de animación.
Acto seguido, el grupo Levante Fans optó por marcharse del partido en dirección al parking del Ciutat de Valencia. Allí, continuaron mostrando su descontento con los mandamases del club blaugrana. Una actuación que no debe volver a suceder por el bien del Levante y de la libertad de expresión.
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