La franquicia de Ohio cuenta con los jugadores ofensivos más costosos en toda la liga con un total de 188.8 millones de dólares
Los Cleveland Browns siempre se han caracterizado por sobrepagar a jugadores para atraerlos a una ciudad con menos mercado que otra como lo es Cleveland. Esa ‘tradición’ se seguirá manteniendo la próxima temporada. La franquicia de Ohio gastará 188.8 millones de dólares, en salarios para sus jugadores ofensivos, lo que lo coloca como el equipo que más gasta, en este apartado, en toda la NFL a una distancia de 10 millones respecto al segundo, Los Angeles Rams.
El principal culpable de este gasto excesivo, tiene nombre y apellidos, Deshaun Watson. El ‘quarterback’ titular solamente ha disputado 12 partidos en las dos últimas temporadas. Y ha lanzado para poco más de 1.000 yardas en cada una de las campañas. Además en sus dos años en la franquicia, ambos con lesión de por medio, solo ha logrado 14 touchdowns y ha cosechado 9 intercepciones. Watson le costará casi 64 millones de dólares al conjunto dirigido por Kevin Stefanski. Un precio elevado visto el rendimiento del exjugador de los Texans.
Amari Cooper, receptor, junto a Nick Chubb, corredor, son otros de los que más gasto genera a los de Ohio. Cooper repercutirá un total de 23.7 millones de dólares mientras que Chubb lo hará en 15.8 millones. Un total de 39,5 millones entre ambos, pero estos si han tenido un impacto en el juego de los Cleveland Browns. Cooper, en esta última campaña, ha conseguido más de 1.000 yardas y 5 touchdowns, siendo un baluarte para los 4 ‘quarterbacks’ que le han lanzado este pasado año. Por su lado, Nick Chubb se lesionó el ligamento anterior cruzado de su rodilla izquierda y solo disputó dos encuentros.
La última gran fuente de gasto para los Browns, es la línea ofensiva compuesta por Jedrick Willis, Joel Bitonio, Jack Conklin, Wyatt Teller y Ethan Pocic. Estos hombres cuestan un total de 54.1 millones de dólares al conjunto del First Energy Stadium. Además incorporaciones como Jerry Jeudy siguen aportando su granito de arena, a la ofensiva más cara para la próxima temporada en la NFL.
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