Gianni Infantino, presidente de la FIFA, denuncia los escándalos que salpican a la RFEF y que pueden terminar afectando a la estabilidad del fútbol español
No ha sido una mañana más en la RFEF. La entrada de la Guardia Civil en compañía de la UCO (Unidad Central Operativa), el registro de domicilios de personas que pertenecían a la RFEF, entre ellos el inmueble de Luis Rubiales que posee en Granada, y la detención de siete personas que pertenecían al órgano federativo de fútbol de España ha acaparado los portales de prensa más importantes a nivel internacional.
En efecto, la Real Federación Española de Fútbol es una de las entes federativas más importantes de UEFA y FIFA, pero no por ello queda exenta de las diferentes irregularidades que ha tenido en el seno de su gabinete en los últimos años, en este caso imperfecciones por los contratos de la Supercopa de Arabia Saudí. Dichos documentos se firmaron en el año 2018, ya con el mandato de Rubiales siendo efectivo. De hecho, la FIFA fue la primera institución en reaccionar a Luis Rubiales después de su escándalo protagonizado con Jenni Hermoso y que le supuso la inhabilitación de sus funciones durante 3 meses por parte de la organización supraestatal presidida Gianni Infantino.
Desde las sedes de la FIFA, en Zúrich, y UEFA, en Nyon, creen que es el momento para que la Guardia Civil lleve a cabo su investigación y, por consiguiente, no se pronunciarán hasta el final de la misma y haya una resolución de la investigación que esclarifique los delitos que se les imputa a Luis Rubiales y parte de su gente de confianza durante su etapa presidencialista en la RFEF.
FIFA, con Infantino al frente, y UEFA no entienden la pasividad de la RFEF tras la dimisión de Luis Rubiales
Sin embargo, pese a que los supuestos delitos de blanqueamiento de capitales y competencia desleal no se les impone a la Comisión Gestora que se encarga actualmente de la gestión de la RFEF y que está presidida por Pedro Rocha, UEFA y FIFA no entienden cómo no se han depurado responsabilidades antes de evitar la escena relacionada con la entrada de la UCO a la RFEF. Por ello, Gianni Infantino avisa: «Por menos ya hemos apartado a otras federaciones».
Estas declaraciones del presidente de la FIFA han motivado escalofríos en el seno de la RFEF, sin comprender exactamente cuáles pueden ser los castigos a los que se puede ver abocado el fútbol español: desde que los clubes españoles sean apartados de las competiciones UEFA y FIFA a que la Selección no pueda competir en los diferentes torneos internacionales que organizan los dos organismos supranacionales a los que la Federación Española está adherido.
Aparte, tampoco hay que olvidar la adjudicación del Mundial 2030 en el que España es el principal organizador. En este sentido, la adjudicación no es firme aún, ya que la asamblea de la FIFA debe ratificar la candidatura española, portuguesa y marroquí al Mundial 2030. Por lo tanto, la organización presidida por Infantino podría dar un volantazo y amenazar a esta candidatura sin la adjudicación del Mundial 2030. Si embargo, la inexistencia de más candidaturas que compitan con la Ibérica reduce el riesgo de que España, Portugal y Marruecos no organicen el Mundial 2030.