El árbitro inglés, Michael Oliver, habría recibido pagos desde el país árabe por ‘trabajos freelance’ como colegiado
El pasado domingo sucedía en el partido decisivo de la Premier League entre el Liverpool – Manchester City, una acción muy polémica con Doku (Manchester City) y Alexis Mac Allister (Liverpool) como jugadores implicados.
Pasado el minuto 90 y con 1-1 en el electrónico, el atacante belga llegaba tarde al balón; golpeando dentro del área al jugador argentino del conjunto ‘red’. Sin embargo, Michael Oliver, árbitro reconocido por su gran nivel en Inglaterra, no señalaba nada punible. Así, el partido acababa con empate y Klopp hacía evidente su cabreo en la rueda de prensa tras el enfrentamiento.
Salta la polémica
Dos días más tarde, informa Francois Plateau, periodista francés, que el arbitro del partido del Liverpool – Manchester City, Michael Oliver, supuestamente habría recibido anteriormente una remuneración económica por ‘trabajos freelance’ como árbitro en los Emiratos Árabes Unidos.
Desde entonces, ha estado involucrado en múltiples decisiones difíciles que favorecen al Manchester City, club propiedad del jeque Mansour, vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos, informaba la cuenta de Twitter ‘@Mercado_Ingles’, experta en la Premier League y con casi 400.000 seguidores.
Además, en el partido entre Tottenham y Liverpool, el árbitro del VAR, Darren England, cuya decisión provocó el gol anulado erróneamente a Luis Díaz por fuera de juego, había estado en los Emiratos Árabes Unidos menos de 24 horas antes del partido.
Dan Cook, árbitro asistente del VAR en el mismo partido, también estuvo presente en los Emiratos Árabes Unidos con Darren England. Los árbitros que reciben pagos de los Emiratos Árabes Unidos, los propietarios del Manchester City, y que constantemente toman decisiones equivocadas a su favor, dejan un sabor amargo en la boca de los aficionados.
Sin castigo alguno
La controversia continúa acumulándose para el equipo que ya enfrenta 115 cargos, sin incluir que ahora, el Manchester City está siendo acusado de inflar valores en los patrocinios para obtener una ventaja económica injusta.
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