AFICIÓN DEPORTIVA FÚTBOL INTERNACIONAL El día que Sam Bartram se quedó jugando solo

El día que Sam Bartram se quedó jugando solo


La niebla jugó una mala pasada al arquero del Charlton Athletic, Sam se quedó solo en el terreno de juego cuando el partido ya estaba suspendido

Siempre se dice que el oficio de guardameta es muy especial, en ocasiones se habla del portero como de un «bicho raro» completamente diferente a sus diez compañeros. Es cierto que hay partidos en los que, si su equipo es muy superior, el portero puede llegar a pasar desapercibido, pero nunca se va a volver repetir nada como lo que le pasó al bueno de Sam Bartram en Stamford Bridge la tarde del Boxing Day de 1937.

Aquel 25 de diciembre Londres estaba sumido en un espesa capa de niebla. Algunos partidos de aquel Boxing Day llegaron a suspenderse, pero el encuentro que enfrentó al Chelsea contra sus vecinos del Charlton Athletic, equipo en el que jugó toda su vida Sam Bartram, se disputó a pesar de las condiciones meteorológicas por un acuerdo al que llegaron los jugadores de ambos equipos y el árbitro.

La niebla fue el peor enemigo de Bartram

Con el paso de los minutos las condiciones de visibilidad cada vez eran peores y no parecía que la situación fuese a mejorar. El partido se fue al descanso con empate a uno en el marcador. Durante el tiempo de descanso, debido a que la situación con la niebla cada vez iba a peor, decidieron volver a reunirse para decidir si se jugaba el segundo tiempo. Sorprendentemente, a pesar de las dificultades que estaba presentando la niebla, se decidió seguir.

Llegó un punto en el que Sam Bartram ya no veía a sus compañeros en el terreno de juego por el espesor de la niebla, pero él se limitaba a hacer ejercicios de calentamiento para no quedarse frío y estaba preparado para detener cualquier ataque del Chelsea. De hecho, él, posteriormente, confesó que estaba muy contento porque pensaba que sus compañeros estaban haciendo un gran partido. Sam pensaba que estaban pasando por encima del Chelsea, pero sabía que el resultado seguía 1-1, porque de haber marcado, hubiese visto a sus defensas retroceder para el saque del rival.

Sam Bartram intenta detener un disparo (OneFootball)

En el minuto 60 el árbitro decidió que las condiciones ya no eran apropiadas para jugar y el partido se suspendió. Sam Bartram no se enteró, siguió calentando y preparándose pensando que le podían atacar en cualquier momento. Cuando la gente y los equipos ya habían abandonado el campo, un policía se acercó a la portería que defendía el meta del Charlton, sorprendido por ver a Sam allí, le comunicó que el partido había terminado hace quince minutos y que durante todo ese tiempo había estado rodeado de una niebla que no le dejó ver nada.

Retorno al vestuario

Sam volvió al vestuario avergonzado por el tiempo que se había quedado en el campo jugando solo. Todos sus compañeros se reían a carcajadas y él en medio de el momento embarazoso que estaba pasando comentó que ya le parecía extraño que fuesen capaces de dominar durante tanto tiempo al Chelsea. Este tipo de historias son inconcebibles a día de hoy, pero merece la pena recordarlas para retrotraernos a los orígenes de este deporte.

«One club men» y leyenda en Charlton

Sam Bartram saltó a la fama por esta anécdota, pero su carrera en el fútbol inglés es inmaculada. Se estima que el arquero disputó entorno a 500 partidos con la camiseta del Charlton Athletic, llegando a jugar hasta los 42 años, a día de hoy sigue siendo el jugador con más partidos disputados en la historia del club. Falleció en 1981, pero los aficionados de su equipo siguen viendo la estatua conmemorativa que tiene a los pies del estadio «The Valley».

Estatua de Sam Bartram (OneFootball)

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