El Levante estuvo a la altura, tanto en el césped como antes del partido, donde rindió un emotivo y sentido homenaje a las víctimas de Campanar
El cielo es un poco más azulgrana
Ramón, Marta, Carla, Víctor, la victoria de ayer fue por vosotros. En el día de ayer el Levante se jugaba una de sus últimas bazas para meterse en la pelea por el playoff, y cumplió con creces. Más allá de la victoria, lo que emocionó a todo el Ciutat de Valencia fue el sentido tributo que se le dio a las víctimas del incendio de Campanar.
Porque la ocasión lo merecía. Merecía un homenaje que fuera recordado con el tiempo por todos. Y así fue, el club realizó una labor memorable a la hora de honrar a la familia levantinista que perdió la vida en la tragedia. De principio a fin, la entidad
Música para los oídos
El homenaje dio comienzo cuando pocas personas ocupaban sus localidades. Los presidentes de Levante y Sporting de Gijón posaron un ramo de flores en el asiento donde se sentaba Ramón y su familia.
Con los jugadores saltando al verde, se interpretó en directo el himno del club granota de una manera bella y emotiva. Las barras azulgranas del clásico jersey sonaron gracias a un cello que conmovió a los espectadores. Y luego de un más que respetuoso minuto de silencio, se pronunció un fragmento del poema Lletra a Dolors, de Miquel Martí i Pol.
«Tants de records de tu se m’acumulen»
«Em costa imaginarte absent per sempre.
Tants de records de tu se m’acumulen
que ni deixen espai a la tristesa
i et visc intensament sense tenir-te»
Con esta estrofa del poema de Martí i Pol, concluyó un acto que, bajo mi punto de vista, me dejó la piel de gallina. Y a la vez me hizo reflexionar. Debemos valorar y disfrutar cada segundo de nuestra vida, porque en cualquier momento se puede ir.
Sensación de vivir
Sobre el terreno de juego la sensación que dejó el Levante fue la de un equipo vivo. Un equipo peleón que superó al Sporting pero que, eso sí, le faltó gol. La victoria fue por la mínima, y el resultado, justo. En cualquier caso, los de Miñambres merecieron ganar por mayor diferencia de goles.
Lejos de acarrear más críticas, el marcador devolvió cierta ilusión a la hinchada levantinista. Aunque solo fuera por una tarde, dejó a muchos con una sonrisa al salir del estadio. Generó en ellos un sentimiento de esperanza, una sensación de vivir, y de que el Levante sigue vivo.
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