Los choques directos entre los cuatro primeros dejan todo por decidir para los últimos diez partidos de la temporada con el Deportivo en lo más alto
Era un fin de semana marcado en rojo para todos los seguidores de la 1ª RFEF. Se esperaba que los enfrentamientos directos entre los cuatro primeros disiparan dudas y auparan a dos conjuntos hacia el Olimpo. Unos pronósticos que han resultado ser completamente erróneos, pues los dos enfrentamientos se han saldado con sendos empates que dejan la clasificación al rojo vivo.
Como si de una escalera perfecta se tratase o de un cuento perfectamente ordenado estuviéramos hablando, los cinco primeros están condensados en cinco puntos, todos ello separados por uno de su predecesor. A expensas de que la Cultural pueda reengancharse la semana que viene a la pelea, parecen ser los cinco elegidos a pelear por el ascenso directo a final de temporada. Eso sí, el Deportivo es el principal favorito tras su imperial racha.
Abonados a un empate que favorece al Deportivo
Celta Fortuna y Ponferradina, al igual que Deportivo y Nástic, se veían las caras en los que eran, claramente, los partidos de la jornada. El duelo entre vigueses y bercianos estuvo marcado por el profundo respecto entre ambos conjuntos y por el miedo a perder más que a ganar. Fueron los de Claudio Giráldez quiénes gozaron de las mejores ocasiones, pero el poste les alejaría de los tres puntos hasta en dos ocasiones.
Los blanquiazules no despliegan un juego excesivamente vistoso, pero se mantienen en la pelea. Los otros blanquiazules del grupo, el Deportivo, tampoco dieron su mejor nivel en Tarragona, donde el Nástic mereció más. Germán, criticado por la afición gallega en múltiples ocasiones, salvó a los suyos de la derrota, mientras que David Mella y Lucas Pérez se encargaron de hacerles soñar por instantes. El empate final posterga la pelea a la distancia, donde el Deportivo ha demostrado ser mejor en los dos últimos meses.
El quinto en discordia, que ahora se ha colocado cuarto, es el Barca B. El filial culé venció con solvencia al Sestao River con varias decisiones arbitrales más que interpretables. Sea como sea, su buena dinámica les coloca a cuatro del Deportivo e inmersos en la lucha por todo. Ni las bajas de Fort o Guiu al ser convocados por el primer equipo hacen tambalearse a un barco que marcha viento en popa a toda vela.
El que se empieza a descolgar de forma peligrosa de la lucha es la Cultural de Raúl Llona. Los leoneses salvaron un empate in extremis en Sabadell que les permitirá gozar de una nueva oportunidad el domingo en casa ante el Celta B. Será una final de la que podrán salir muy vivos o cavando su propia tumba. Para ello tendrán que mejorar mucho la efectividad de cara a puerta, pues de ser un poco más precisos hubieran extraído los tres puntos de Sabadell. El ascenso directo marcado por el Deportivo ya se les antoja imposible.
El descenso alcanza temperaturas inexplorables
Las segundas vueltas suelen estar marcadas por equipos de abajo que comienzan a sumar puntos de forma periódica, pero en este grupo esa tendencia se ha llevado a la máxima expresión. Todos luchan por alejarse de la guadaña del descenso, aunque ninguno puede respirar tranquilo todavía. El caso del Teruel, que ha pasado del desahucio a un momento de éxtasis, es el claro ejemplo de que todo es posible.
Los maños estaban con el agua al cuello hace apenas un mes, colistas y sin ver la luz al final del túnel. Ahora, tres victorias consecutivas después, ven la salvación a dos puntos de distancia, algo insignificante sabiendo de dónde vienen. El Logroñés, su última víctima, si que pasa por peores momentos, en la UCI y a punto de ser desenchufado al no presentar síntomas de levantarse.
El Rayo Majadahonda es el equipo que ahora copa la posición a la que conocemos como colista y, lo triste, es que parece difícil que pueda escalar mucho más de allí. El sábado recibían al Real Unión, un equipo desamparado que desea que llegue mayo como nadie y, ni con esas, lo madrileños pasaron del empate. Las semanas van pasando y la salvación es cada día más complicada, empiezan a rezar en los alrededores del Cerro del Espino.
Otro de los que ha desaprovechado una gran oportunidad es el Tarazona. Los maños sucumbieron ante un gran Arenteiro, tras no ser capaces de matar el encuentro cuando debieron hacerlo. La calidad de Christian Santos desequilibró la balanza y asestó un mazazo terrible a los locales que sufren un frenazo en seco. Acabe como acabe la temporada, meritazo a lo que está haciendo el Tarazona esta campaña.
La falta de ambición lleva al aburrimiento
Las rectas finales de temporada tienden a ser espectaculares, extáticas, menos para aquellos clubes que no se juegan nada. Eso da lugar a algún que otro partido más aburrido en los que se ve cierta falta de ambición por parte de los dos combinados. Quizás el mejor ejemplo fue el Lugo Unionistas que finalizó con empate a unos y que, ciertamente, dejó poco que comentar más allá que unas vacaciones anticipadas serían de agrado para ambos.
El poco hambre del Sanse también acabó llevándole a la derrota ante la UE Cornellá. Los vacos copaban el lugar del Deportivo no hace tanto, pero ahora deambulan sin rumbo por el campeonato liguero. De ello se aprovecharían los catalanes, necesitados de puntos para espantar los fantasmas del descenso. Fue Robert Simón, en el 88´, quién dio la gloria a los visitantes y con ello una dosis extra de oxígeno de cara a lo que se viene.
Osasuna Promesas y Fuenlabrada cerraron la jornada con un enfrentamiento más entretenido de lo que se preveía teniendo en cuenta que ninguno de ellos se jugaba gran cosa. Los madrileños abrieron una brecha de dos goles en la primera parte que se haría demasiado alta de escapar para un conjunto navarro que lo intentaría hasta el final. El filial rojillo deberá empezar a mirar abajo sino quiere sustos a final de temporada, pues el descenso les empieza apuntar con ojos de deseo.