El 8 de marzo de 2017 el FC Barcelona lograba ante el PSG la remontada más épica de la historia de la UEFA Champions League
El Barcelona encadena varias campañas de noches europeas oscuras, casi traumáticas para sus aficionados. Sin embargo, hace menos de diez años, el conjunto blaugrana acostumbraba a tener veladas mágicas en la Champions League. Una de las últimas grandes actuaciones del equipo de la Ciudad Condal fue en la temporada 2016-17. El Barça de Luis Enrique perdió 4-0 en la ida de los octavos de final ante el Paris Saint Germain, el resto, es historia.
La goleada en el Parque de los Príncipes
El 14 de febrero al FC Barcelona se le rompió el corazón en la ciudad del amor. En el primer partido de la serie, los de Luis Enrique llegaban a París como primeros de grupo. Aunque esta condición le importó poco a Di María y compañía. El conjunto dirigido por Unai Emery aplastó al Barcelona endosándole un doloroso 4-0 con el ‘Fideo’ como principal protagonista. Todo apuntaba a una debacle europea de los catalanes, pero desde el primer momento, el técnico asturiano insistió en creer en una posible remontada.
«Si ellos marcaron cuatro, nosotros podemos marcar seis»
Esta respuesta de Luis Enrique en la rueda de prensa previa al partido de vuelta ante el PSG abrió todas las portadas de la prensa nacional por aquel entonces. Nadie veía capaz de remontar al FC Barcelona tras la pésima imagen ofrecida en el Parque de los Príncipes. Sin embargo, tras los múltiples mensajes motivacionales que llegaban desde el vestuario, la afición empezaba a concienciarse para lo que acabaría siendo una hazaña histórica.
Por las calles de Barcelona se palpaba la épica. Luis Suárez, Jordi Alba o Gerard Piqué enviaron constantes mensajes de ánimo a la afición. Su objetivo era hacer del Camp Nou una caldera, y tanto que lo consiguieron. Aunque el que consiguió ilusionar hasta al más pesimista fue Neymar, publicando su popular mensaje «Mientras haya un 1% de posibilidades, tendremos un 99% de fe…»
Un partido que pasará a los libros de historia
Llegó el gran día, y en el Camp Nou no cabía ni un alfiler. Frente al sólido 4-5-1 de Emery, ‘Lucho’ optó por un ofensivo 3-4-3. Los locales salieron a morder desde el minuto uno, y el primero de la noche no tardaría en llegar. En una jugada llena de rebotes, Suárez metió la cabeza para abrir la lata en el 3′. Si la afición ya estaba metida de lleno en la eliminatoria, el tanto del uruguayo multiplicaría la efusividad de los allí presentes.
A pesar de la precocidad del primer gol, el segundo se haría esperar. No sería hasta el minuto 40 de partido, cuando llegando hasta línea de fondo, Andrés Iniesta la puso atrás, y después de rebotar en Kurzawa, el balón acabaría dentro de la portería parisina. El templo blaugrana volvía a explotar con los suyos. A la salida de los vestuarios, los locales creyeron más que nunca después del penalti transformado por Leo Messi en el 50′, el Barça estaba a un tanto de igualar la eliminatoria.
Sin embargo, pasada la hora de partido, los blaugranas recibieron un mazazo que, a priori, parecía definitivo. Cavani hizo el 3-1 que obligaba al Barcelona a meter tres goles más para pasar la ronda a falta de escasos treinta minutos. Pasaba el tiempo y a pesar de los cambios, los de Luis Enrique no conseguían recortar distancias. En el minuto 88, el Barça seguía necesitando tres tantos para lograr el pase, parecía que la épica, iba a quedarse a medias.
Pero cuando todo parecía imposible apareció Neymar. La superestrella brasileña levantó a todos los espectadores de sus asientos con un espectacular golazo de falta cuando quedaban dos minutos del tiempo reglamentario. Casi no quedaba tiempo, y los blaugranas seguían necesitando 2 goles más. Con el minuto 90 ya cumplido, Suárez caía dentro del área, el colegiado señalaba el punto de penalti y la afición enloquecía. De nuevo Neymar, fue el encargado de transformar la pena máxima y hacer creer a todos los culés.
El cuarto árbitro levantaba su cartelón, quedaban 5 minutos para lograrlo. El PSG estaba totalmente agazapado, y el Barcelona atacaba con más corazón que cabeza. Con el tiempo extra prácticamente cumplido, tras varios intentos de los locales por lograr el sexto, parecía que los de Emery estarían en la siguiente fase. Al partido le quedaban dos. Con Ter Stegen en el área, Messi sacó una falta lateral que repelería la defensa parisina y que el propio guardameta alemán acabaría recuperando en el centro del campo.
Verrati le hizo falta al portero blaugrana tras su recuperación y, ahora sí, era la última. Neymar se disponía a colgarla al área. La zaga parisina la volvió a despejar, pero esta vez le cayó al mago brasileño, que tras un recorte, la centró una vez más con su pierna izquierda. El balón fue sobrepasando a los defensas del club galo y llegaba a Sergi Roberto, solo, en el punto de penalti. En un Camp Nou enloquecido, el tiempo se detuvo unas milésimas de segundo y reinó el silencio. En cuanto el canterano culé tocó la pelota y acabó en el fondo de las mallas, se desató la locura.
Un gol que provocó un ‘terremoto’
Tras lograr lo que parecía imposible, el sexto gol del FC Barcelona trascendió más allá de lo futbolístico. A 500 metros del Camp Nou un sismómetro captó una señal sísmica equivalente a una magnitud aproximada de 1 en la escala de Richter. Jordi Díaz, investigador del ICTJA-CSIC, explicó a la Agencia EFE que la celebración de los seis goles locales «hicieron vibrar el suelo».
Pero ese ‘terremoto’ no fue solo a nivel sísmico. Todos los programas deportivos, periódicos, radios y demás abrieron con la épica remontada culé. Incluso, la semana siguiente al partido, Nike colocó una lona gigantesca en plena ciudad de Barcelona con la frase que Neymar pronunció justo antes del encuentro, «1% possibilitats, 99% de fe».