3500 aficionados se desplazaron el martes hasta Milán para animar al equipo y denuncian el trato recibido por las autoridades italianas y los stewards UEFA
Cada vez es más común que los equipos estén bien acompañados cuando juegan fuera de España. Es una maravillosa oportunidad para conocer otro país, otras culturas, además de poder animar a tu equipo en los mejores estadios de Europa. Esta temporada hemos visto desplazamientos masivos de las aficiones españolas. El último, ha sido el de la afición rojiblanca a Milán. Tras el partido, muchos aficionados denunciaron en redes sociales el trato que recibieron.
«Nos mandaron estar a las 16:00 en el Arco de La Paz. Desde allí estaba previsto salir hacia el estadio andando, en un recorrido de cinco kilómetros», relata un aficionado allí presente. «Finalmente salimos sobre las 18:00. Tras una hora andando, nos empezaron a retener durante unos minutos y nos fueron metiendo en el metro. Pensamos que nos llevarían hasta el estadio. El trayecto en el metro fue de solo una parada. Al salir, miramos en nuestros móviles y nos indicaba que nos faltaban treinta minutos para llegar al estadio. A medida que andábamos estábamos más lejos del estadio, era todo un sinsentido«.
«Tras la caminata que nos hicieron, llegamos al estadio sobre las 20:20. Allí, nos empezaron a embotellar y la gente se estaba agobiando. Nos querían meter a todos por una puerta diminuta. Yo, por suerte, pude entrar al inicio del partido, tras previamente pasar por los controles de los stewards en el que decidieron quitarme todos los souvenirs comprados en el día«, apunta el joven rojiblanco. «Mis amigos no lograron entrar hasta el minuto diez y me contaron que allí podía haber sucedido una tragedia. La gente se agolpaba en las vallas para entrar»
«Al finalizar el partido, estuvimos una hora dentro de la grada. Cuando parecía que nos movíamos, estuvimos otros 15-20 minutos en las torres esperando a bajar. La imagen sí mirábamos abajo era un centenar de antidisturbios esperándonos con cascos y escudos. Al salir de la torre, estuvimos esperando para que nos dejasen salir del recinto. Había unos puestos con comida pero no nos dejaron ni acercarnos. Nos trataban como ganado«.
«Sin duda lo peor fue al salir. Estábamos en la periferia de Milán, el metro había cerrado, los autobuses no pasaban y los taxis no daban abasto. A la 1:30 de la madrugada pasó un tranvía que nos acercó al Duomo, fue nuestra salvación. Es incomprensible que no se ampliase el servicio de metro o que el Atleti no pusiera unos autobuses lanzadera sabiendo a la hora que nos iban a sacar».
Las quejas de los cientos de aficionados rojiblancos no han pasado por alto de distintas organizaciones de aficionados europeos que han comunicado que presentarán un escrito a UEFA para que no vuelva a ocurrir. El club de momento no se ha pronunciado en este aspecto, generando bastante enfado entre los allí presentes.
