El Nástic aprovecha el pinchazo de la Ponfe para ponerse líder mientras el Dépor sigue dando muestras de que va a por todo
Resistir, agachar la cabeza cuando toca, persistir y golpear cuando los demás bajan la guardia. Así se podría resumir la temporada del Nástic de Tarragona, un conjunto que pasó de la gloria al fracaso para regresar a lo más alto en apenas tres meses. Los catalanes se encaraman a lo más alto de la tabla y no cabe duda de que, a partir de ahora, venderán muy cara su piel frente a aquel que quiera hacerse un abrigo con ella. Una manta que bien le vendría a la Cultural, pues en León se empiezan a quedar helados tras una primera vuelta casi perfecta.
Los tarraconenses suman 22 de los últimos 24 puntos, siendo su última víctima el Real Unión. Sus victorias suelen llegar por la vía rápida, sin dar lugar a especulaciones. El sábado, en el Nou Estadi, ya estaba todo decidido antes del descanso, directos y al grano. Escudero, Jardi, Pablo Fernández y Godoy son las caras visibles de un proyecto global, de una revolución propia de una ciudad con idiosincrasia romana.
El Dépor, una piña a la caza del Nástic
El poder de las redes sociales es cada vez mayor, entrometiéndose incluso en el día a día de formaciones deportivas. Tal ha sido la recurrencia e ingenio de CM del Deportivo colocando un piña en todos sus tweets, que los jugadores lo han tomado como un símbolo personal. Hasta llevan una a los partidos para celebrar junto a su afición y seguir con la fiesta en los vestuarios. Un alimento rico en vitaminas que impulsa a los coruñeses hacia el ascenso directo, cuatro puntos les separan del Nástic.
No hubo partido en las Gaunas. Los de Idiákez, que ha pasado de estar al borde del despido a ser un ídolo para los hinchas, pasaron por encima de los riojanos sin ningún tipo de paliativos. La manita con doblete de un renacido y rejuvenecido Lucas Pérez se quedó incluso hasta corta si analizamos meticulosamente los noventa minutos. La goleada deja a la SD Logroñés a las puertas de la UCI, en coma inducido, necesitados de que alguien les despierte.
La otra cara de la moneda la vive su archienemigo, el Celta Fortuna. Los vigueses, pese a copar la última plaza de playoff, dan muchos síntomas de debilidad. Bien es cierto que una roja frente al colista en casa apenas pasado el cuarto de hora es una situación difícil de afrontar, pero dejar marchar los tres puntos en la última jugada del encuentro es una clara evidencia de la escasez de confianza por parte de los de Giráldez.
León prepara un derbi a la baja
Cultural y Ponferradina ya se han puesto manos a la obra con los preparativos del ilusionante derbi que se albergará en el Reino de León el próximo domingo. Los de la capital han otorgado más de 1.400 entradas a los visitantes para que pinten un fondo de su estadio de blanquiazul. Se pronostica una oda al fútbol y sus valores, aunque ninguno de ellos llegue en su mejor momento.
Quizás los leoneses son los que llegan con una mayor necesidad de victoria, pues el último mes se les ha hecho bola. Los tres empates consecutivos han desembarcado en una dura derrota ante el Arenteiro. Los gallegos supieron jugar mejor sus bazas en una disputa de tú a tú donde el mal estado del terreno de juego, igual para ambos combinados, decantó la balanza para los verdecillos. Los de Javier Rey siguen haciendo historia, confirmando su presencia en la categoría para el año que viene, mientras que los de Llona empiezan a ver como se les escapa el tren del liderato.
La Deportiva, por su parte, padeció de su propia medicina ante el Unionistas. Los bercianos, acostumbrados a sacar muchos puntos en los últimos minutos, fueron empatados por los charros pasado el noventa. Un tanto, procedente de un claro fuera de juego, que les quita el liderato tras varias semanas en los más alto de la tabla. Un punto les separa del Nástic ahora. El derbi se les presenta como una oportunidad única de deshacerse de un rival muy peligroso de cara al mes de mayo.
Quién mucho perdona lo acaba pagando
Un refrán muchas veces aplicado a la efectividad durante un partido, pero aplicable a las últimas semanas de Tarazona y Cornellá. Ambos clubes gozaban de una oportunidad única de abrir hueco con el descenso en su enfrentamiento directo, pero las defensas se impusieron a los ataques. Hasta con la mano lo intentaría Cubillas, expulsado por ello, después de que Salvi Carrasco salvase a los suyos con una doble intervención sobre Clau Mendes.
Historia parecida, pero en una zona de la tabla más acomodada fue la previa del entroido lucense. El CD Lugo recibió al Osasuna Promesas en una evidencia y reflejo de la falta de motivación e ilusión de dos conjuntos que, si se acabara la temporada esta semana, no taponarían carreteras a modo de protesta. El resultado final, 1-1, insulso como su temporada, una completa travesía por el desierto.
Otro de los que siguen peleando por la permanencia sin éxito hasta el momento, el Sestao River, cayó ante el Fuenlabrada en el Fernando Torres. Pese a adelantarse en el marcador antes del intermedio, padecieron en sus propias carnes el resurgir de los madrileños en los segundos envites. Manuel Lama, el hijo de Manolo, revirtió la situación con un doblete y Sergio Benito se encargó de poner la puntilla, el 3-1 final.
La irregularidad de los filiales
Más allá del Celta Fortuna, el Barca Atlétic y la Real B eran los dos filiales llamados a copar los puestos de honor y optar por el ascenso. Los donostiarras se han ido disolviendo cual azucarillo en agua, encargándose el Rayo Majadahonda de remover bien por si quedaba algún atisbo de esperanza en el fondo. Camino parecido llevaba el filial culé que, tras vencer en Sabadell, vuelve a ser candidato a todo.
Los de Rafa Márquez visitan la Nova Creu en una lucha de dinámicas inversa a lo que se puede esperar. Eran los locales, decimoséptimos a dos puntos de la permanencia, los que llegaban con mejor cara al choque. Ya fuese por la dinámica o la necesidad, la igualdad imperaría en el verde con oportunidades para ambos equipos hasta el minuto 80, momento en el que Unai Hernández desequilibraba la balanza para los suyos. Toca seguir remando a contracorriente en Sabadell.
El Cerro del Espino albergaba una situación análoga, un equipo en descenso, pero con tendencia ascendente contra uno de la tabla alta, pero en caída meteórica. El desenlace, empate a unos con ambos tantos en el descuento, no deja satisfecho a ninguno, aunque al menos los madrileños siguen metidos en la pomada de la permanencia. El Sanse, por su parte, va despidiendo la temporada, a siete del playoff y a trece del Nástic, un liderato que ellos ostentaban hace no tanto.
