Javi López ha pasado de jugador residual en Segunda División a titular indiscutible en Primera División en apenas cinco meses
Si algo había claro en el Deportivo Alavés estos últimos años era que Laguardia y Duarte eran fijos en la defensa. El primero, ya retirado, dejó su brazalete en manos de un Duarte que asumió esta presión extra en su séptima temporada en Vitoria-Gasteiz.
El almeriense comenzó la temporada de la mejor forma, sumando un gol y una asistencia a su casillero personal. Todo parecía ir según lo rodado, Duarte jugaba y Javi López esperaba su turno en el banquillo. Algo a lo que, por muy mal que le pesara, ya estaba acostumbrado a hacer desde que debutó con 18 años contra el Celta de Vigo.
Pese a llevar más de cuatro temporadas en dinámica de primer equipo, Javi López nunca había conseguido derribar la puerta de la titularidad. Sin embargo, la confianza del club hacía él era total, y así lo demostró renovando al jugador hasta el año 2025.
No ha sido hasta esta temporada de regreso a Primera División cuando el canario ha conseguido convencer a Luis García Plaza de que se merece el puesto. 3 asistencias son sus registros en una temporada en la que tan solo suma 5 titularidades, las últimas tres de manera consecutiva.
Sus tres asistencias han sido con destino a las botas de Samu Omorodion, con el que ha hecho una sociedad muy fuerte y compenetrada. Los dos alavesistas comparten vestuario en la sub-21 española y esto ha podido ayudar a que se entiendan mejor sobre el terreno de juego.
López, en ocasiones pitado en Mendizorroza, había acostumbrado al aficionado albiazul a desesperarse con su apatía. Fruto de su juventud, encadenaba actuaciones sobresalientes con otras muy deficientes. El mérito de su resurrección reside en saber esperar su momento y destacar en la máxima categoría del fútbol español.
Sus cabalgadas por la banda izquierda son ya santo y seña de este nuevo Deportivo Alavés y el 27 derrocha energía y confianza cada vez que el balón pasa por sus piernas, siendo muchas veces el encargado de acelerar los ataques del equipo.
El Alavés, en un buen momento colectivo
Esta sociedad es una de las razones principales por las que el Deportivo Alavés cabalga decimotercero en la clasificación, a ocho puntos de la zona de descenso. Un escenario idílico para los vitorianos que, pese a mantener el mensaje de que la permanencia se va a sellar en las últimas jornadas, han recuperado la ilusión por ver al equipo jugar en Primera División.
Años atrás, el Alavés jugaba sometido al juego rival y su único argumento ofensivo eran las contras al galope de Luis Rioja. Ahora, de la mano de Luis García Plaza, el medio campo no es una zona de paso sino el embrión de cada jugada.
