Los Bucks, que terminaron primeros en el este el año pasado, han empezado con mal pie esta nueva campaña y el problema parece ser que sus dos grandes estrellas no se entienden.
La llegada de Damian Lillard a Milwaukee
La temporada pasada para los Milwaukee Bucks fue un desastre, a pesar de haber terminado primeros en su conferencia, cayeron en la primera ronda de los playoffs ante Miami Heat, un equipo de play in. Tras este fracaso Giannis Antetokounmpo realizó las siguientes declaraciones: «Soy un jugador de los Milwaukee Bucks, pero lo más importante, soy un ganador y quiero ganar», palabras que metieron mucha presión a la directiva de los Bucks.
Para que Giannis confiara en el proyecto, realizaron el fichaje ‘bomba’ del verano. Damian Lillard, que parecía que lo tenía hecho con los Heat, fue traspasado a Milwaukee en un traspaso a tres bandas entre el equipo de Giannis, los Blazers y los Suns. Este fichaje encendió todas las alarmas colocando a este equipo como uno de los favoritos a ganar el campeonato.
Los Bucks esta temporada
La temporada no ha arrancado como a ellos les gustaría, ahora mismo están 7.º clasificados con un récord de 5-4, muy alejados de sus grandes competidores en el este como son los 76ers y los Celtics. Lillard y Anteto están promediando buenos números pero aún así el equipo no está funcionando como debería. Como se suele decir, no echas en falta algo hasta que lo pierdes y este equipo se está acordando mucho de Jrue Holiday que estuvo involucrado en el traspaso por la estrella de Portland.
Esto es solo el inicio de la temporada, hay que recordar que tienen nuevo entrenador, Adrian Griffin, su primera vez como entrenador jefe en la NBA. Estos Bucks necesitan un margen de tiempo para irse conociendo y llegar al punto óptimo de su juego.
