Este último año ha cambiado la perspectiva de los aficionados por sus equipos locales y ha habido un incremento en los estadios del fútbol español
Siempre que hablamos de sentimentalismo y de amor por unos colores pensamos en los aficionados ingleses. Y, claro, es para ello. Nos han acostumbrado a ver las gradas visitantes repletas de gente, sin importar el día y los kilómetros. Pero, nunca nos fijamos en España. Nunca nos miramos propiamente, nunca pensamos en esos equipos que llevan años y años en el pozo y siguen metiendo a miles de personas en sus estadios. Será mejor o peor que el inglés, pero el fútbol español está volviendo a ser el de antes.
El Depor, el mejor ejemplo de todos
Pensar que un equipo de 1 RFEF hace dos décadas le ganaba títulos al Real Madrid en su estadio y en su centenario, es sorprendente. Pero, los deportivistas no tuvieron suficiente.
Ahora, que su equipo está en posiciones de descenso a la cuarta categoría del fútbol español, prefieren abonarse al equipo de su ciudad agotando todos los abonos disponibles y creando una pre-lista para la temporada que viene. 28346 personas han decidido apoyar, en el peor momento de su historia, al equipo que hace tan solo 20 años levantaba campeonatos y vivía noches europeas. Riazor, cada semana que juega el Depor se convierte en uno de los seis estadios con mayor influencia de personas de toda España.
El Málaga y el Castellón, ‘reventando’ registros
Después de vivir una de las peores temporadas en los últimos años del Málaga CF, la Rosaleda sigue vibrando como nunca. La temporada pasada en Segunda División, el conjunto andaluz llegó a los 17.500 abonados y, con el equipo en descenso y muy lejos de la permanencia, conseguía llenar su estadio jornada tras jornada. Sin embargo, el milagro nunca llegó. Pero, su afición está más viva que nunca y ya son más de 19.000 almas las que quieren presencial el regreso de su equipo al fútbol profesional. Además, el pasado jueves 12 de octubre a las al mediodía, la afición malaguista superó los 24.000 espectadores en un partido de 1 RFEF. Y, encima, después de una temporada vergonzosa.
Por otro lado, el Castellón. Tras perder la final del playoff, la temporada pasada, para subir a Segunda División, el sol también ha salido en tierras valencianas. De nuevo, más de 13.000 abonados llenan Castalia para vivir, de una vez, una temporada de ensueño y el regreso de su club a la élite del fútbol español. A su vez, no hay que olvidar que hay aficionados blanquinegros que se han quedado a las puertas de su estadio debido a que no hay más abonos. Se puede decir que Castalia se ha quedado pequeño, muy pequeño.
La Segunda División, llena de récords
Evidentemente, el equipo que se lleva todos los registros es el Zaragoza. Lo que empezó en una emotiva despedida para su capitán ha desatado la locura. No hay ningún documento que corrobore una temporada con tantos abonados y, sin duda, es el momento para volver a Primera. Posiblemente, uno de los estadios y una de las aficiones con más ambiente de la competición.
Otra afición que ha demostrado lealtad es la del Elche CF, que se suma a los récords esta temporada. En este caso, más de 19.000 abonados quieren volver a sonreír. Tras la esperpéntica temporada del año pasado, el club ilicitano ha conseguido ilusionar a su afición. Sin embargo, los resultados actuales se alejan de lo que realmente merecen los franjiverdes.
También se puede destacar la afición del RCD Espanyol, superando los socios del año pasado en Primera y, el Tenerife ‘rompiendo’ el récord de abonados en Segunda División.
La Primera División, tampoco nos deja indeferentes
Por último, destacar el incremento en la máxima competición española, Primera División. Es evidente, que los éxitos futbolísticos acompañan. Entre ellos, la Real Sociedad y el Girona que disfrutan de grandes ambientes cada vez que juegan de locales. Sin embargo, si las cosas no van bien es cuando hay que estar. Y, ahí nadie puede competir con el Valencia CF. Pese a la institución y a la plantilla, la afición valencianista sigue a ‘pie del cañón‘ acompañando a su club. Y, no en cualquier momento. Acompañando a su club, en el peor momento de su historia.